Presidencia del Gobierno

Entre luces y sombras

La Razón
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Los manuales de ciencia política enseñan una verdad inexorable: en una situación de empate técnico electoral, la estrategia es atraer el voto del adversario. Una apuesta que parece escoger Zapatero, en medio de signos de moderación y baños de patriotismo, culminados en ese homenaje por decreto gubernamental a quienes dieron su vida por España. Cabe preguntase dónde queda la polémica Ley de Memoria Histórica, que tan lamentablemente reabrió las heridas de los caídos de ambos bandos. A 90 días de las elecciones, el escenario político se mueve, todo cambia y el viraje hacia la mesura es el nuevo rumbo que sale de La Moncloa.

Pero la gran prueba de fuego, una vez más, la enciende ETA. Los atentados del sur de Francia, que sesgaron la vida de dos guardias civiles, plantean aún muchas incógnitas. La negativa de ANV y el PCTV a su condena, revela que la izquierda abertzale no emite una sola concesión y el terrorismo sigue mandando. En tales circunstancias, ¿qué hará el Gobierno? ¿Adoptará la decisión de ilegalizar a su «brazo político»? ¿Permitirá su nueva presencia electoral? Algo que de suceder, podría otorgar escaños a quienes siguen callando ante el tiro en la nuca. Este es el profundo dilema de Zapatero y una de las claves por las que se le juzgará en marzo.

En los últimos días, todo han sido «cantos de sirena». Hasta el lenguaraz ministro Bermejo, tan excesivo en sus verbos, se afana ahora en buscar pruebas para ilegalizar ANV. Algunos sectores del PSOE sugieren que tal paso sería propicio una vez cerrada la Legislatura. La duda es si concuerda con los planes de Zapatero de mantener abierto el diálogo con ETA. Máxime, si la cadena de atentados se recrudece y asistimos a una campaña electoral de sangre y luto. Esos dos millones de votos de la moderación y serenidad social tienen la llave final. Pero la credibilidad del candidato es decisiva. El Gobierno quiere un marco político menos caldeado. Pero en este giro de Zapatero persisten luces y sombras. Tal vez, demasiadas y poco explicadas.