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España bajo el síndrome de Obama

ESPAÑAEntrenador Del Bosque HCambios: Cazorla por Cesc H (m. 69) y Mata por Riera H (m. 78).EE. UU.Entrenador: B. Bradley HHHCambios: Feilhaber por Davies H (m. 70); Casey por Altidore (m. 84) y Bornstein por Dempsey s.c. (m. 88).ÁRBITRO: Larrionda (uruguayo). Amonestó a Capdevila, Piqué, Altidore y Donovan. Roja directa a Bradley (min. 87).Goles: 0-1 (min. 26): Altidore. 0-2 (min. 74): Dempsey.incidencias: Estadio Free State de Bloemfontein. Semifinal de la Copa Confederaciones.

España, bajo el síndrome de Obama
España, bajo el síndrome de Obamalarazon

Desde que Obama es presidente de Estados Unidos, no hay reto que se le resista, ni siquiera en el fútbol, deporte minoritario, marginal, cuasi anecdótico, que en su país no aparece entre los cinco que más interés despierta. Es posible que hoy ni siquiera el triunfo de su selección sobre la campeona de Europa, la increíble España, sea noticia destacada. El equipo de Bob Bradley ha derrotado al de Vicente del Bosque en la semifinal de la Copa Confederaciones, le eliminó contra todo pronóstico, y el bombazo tendrá más eco en cualquier nación occidental, u oriental, que en la suya. Un gol de Altidore y otro de Dempsey fulminaron a los españoles, agotado su récord de invencibilidad en 35 partidos, como Brasil. El trigésimo sexto no fue posible, y sucedió en el momento más inoportuno, próxima la final más esperada –si es que Sudáfrica hoy no da también la nota y derrota a la «canarinha»–. En fútbol no hay nada imposible: Estados Unidos y España, esta vez contra todo pronóstico, así lo han constatado. Y no es cuestión de dramatizar, porque «La Roja» no es flor de un día. Ha perdido una batalla, después de 35, pero su guerra es otra, el Mundial, dentro de un año, también en Sudáfrica. Alineó Del Bosque el mejor once posible y al equipo le costó empaparse del partido, meterse en él, apropiárselo. Continuaba a ritmo de rondo, como en tantos minutos frente a Sudáfrica. Estados Unidos, imbuido de la «obamamanía», del todo es posible, del «yes we can», se tomó tan en serio la contienda como sus antepasados cuando les dijeron que los españoles habían volado el Maine. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el tratado de París y España «cedió» Cuba, Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos. En el Free State de Bloemfontain, Sudáfrica, siglo XXI, la cuestión era bien distinta, porque el papel de potencia identificaba a los españoles y a su selección, «La Roja», que no ignoraba su condición de favorita... Pero marcó Altidore.Después de unos primeros minutos en los que la campeona de Europa mostró a la de la Concacaf su técnica depurada y su dominio del balón, todo estéril, la «víctima» renunció a la pasividad y optó por reverdecer hazañas del Séptimo de Caballería. Su fe y su ímpetu, al rescate, sorprendieron.Aviso y golDespués de tres disparos desviados de Torres (dos) y Cesc, y de un par de avisos de Davies, Altidorp desconcertó en la frontal a Capdevila, su compañero en el Villarreal, y a Casillas, cuya manopla sólo consiguió que el balón tocara en el poste antes de entrar. Desde que «La Roja» inició el camino de la victoria hace ya dos años y medio, no dejamos de pensar que algún día tropezaría y que la racha saltaría por los aires. Ahora, bien, imaginar que serían los «Bradley» los encargados de hacer añicos la leyenda, era inconcebible, casi.Pero a partir del minuto 26 España jugó con el marcador en contra, agobiada, y no lo disimulaba. Había encajado el primer gol tras cuatro encuentros victoriosos (Azrebaiyán, Nueva Zelanda, Irak y Sudáfrica). Tenía que cambiar de hábitos, alterar sus costumbres, espantar al fantasma de la derrota y remontar. Incrementó sus acciones ofensivas, las más de las veces a trompicones, amenazó seriamente a Howard, que supo despejar el peligro con manos y pies, como a Torres a punto de cumplirse el 45, pero fue incapaz de romper el orden de los estadounidenses. Éstos mantenían las líneas juntas, se desplegaban con sentido, taponaban las bandas, haciendo inútiles las tentativas de Capdevila y Ramos, y provocaban constantes fueras de juego de Villa y «El Niño». No padecían en exceso porque, además, Cesc no estaba fino, Villa tenía el punto de mira desviado y a Xavi le costaba trenzar con el resto. Necesitaba sobreponerse esta España deslavazada, inconsistente e inocua. Su acierto rematador y su seguridad defensiva estaban en entredicho.Correspondía a Vicente del Bosque espabilar a sus jugadores en el descanso, recuperarles para la causa, convencerles de sus posibilidades, de su destreza, de su habilidad; acercarles a la final de la Copa Confederaciones... Reaparecieron más firmes, más al ataque y embotellaron a Estados Unidos. Howard adquirió protagonismo principal, paró el primer gol a Villa y su equipo se encerró.Era cuestión de tiempo, y de que el árbitro no se hubiera abstenido cuando a Xavi le hicieron penalti (minuto 54), y de que Villa dejara de encontrarse con Howard cada vez que tiraba. Y lo hacía a menudo, de modo que la sorpresa prevalecía, sustentada por ocho defensores en la portería americana, a falta de una genialidad española, acaso la única forma de cambiar el destino de este acorazado del almirante Del Bosque, a priori invencible. Un disparo tras otro, un rechace y otro más del portero o los defensas, por el suelo; pero la pelota no entraba. Relevó Cazorla a Cesc, apertura por las bandas, más insistencia... Y menos previsiones. Oro contragolpe americano, Ramos que cede la pelota a Dempsey y éste hace el segundo. Era el minuto 74. Después de haber tirado más de veinte veces a puerta y no marcar, la remontada no parecía posible. Estados Unidos se quedaba, otra vez, con los terrenos de ultramar, sin firmar tratado alguno, y bajaba del cielo al suelo con dos porrazos a una selección que desconocía sus límites. Ya los sabe, Estados Unidos se los ha impuesto. España es joven, puede aprender.

Se acabó la racha- 35 partidos sin perder

España se quedó con los mismos encuentros consecutivos que el Brasil que lideraban Romario y Bebeto: 35. En el momento menos esperado, la selección española cortó su gran racha. El último partido que había perdido fue un amistoso el 11 de noviembre de 2006 ante Rumanía (0-1). En medio está el triunfo en la Eurocopa.

- Del Bosque, 13 victorias

Vicente del Bosque es el seleccionador con mejor arranque de la historia: 13 victorias consecutivas. La decimocuarta no pudo llegar. El récord de España de triunfos seguidos, también el mejor de siempre, se quedó en 15. El domingo a las 15:00, el equipo nacional luchará por ser tercera contra Brasil o Sudáfrica.