Espectáculo lamentable en la Asamblea de la AVT

El papel de las víctimas del terrorismo ha sido, es y será ejemplar y digno de todo reconocimiento. Nuestra posición ha sido siempre que ellas representan lo mejor de nuestra sociedad. Pero si el comportamiento individual ha sido intachable no se puede decir lo mismo del asociativo. La AVT lleva un tiempo inmersa en una lucha por el poder de la que su imagen no sale bien parada. La asamblea anual de la asociación fue una lamentable expresión de esa tensión interna. Allí primaron las descalificaciones y los insultos sobre los argumentos entre los partidarios del presidente, Juan Antonio García Casquero, y los de su antecesor, Francisco José Alcaraz. «¡Esto es una vergüenza!», «¡eres un caradura!», «¡chorizo!», «¡nos has engañado!», fueron algunos de los gritos que se cruzaron. Más allá de quien tenga o no razón, ni la AVT como tal ni las víctimas se merecen este espectáculo deplorable. Todos deberían recapacitar.