Quique San Francisco: «Estoy hasta las narices del Gobierno»

-Interpreta ahora «El enfermo imaginario» de Molière, en el teatro Fígaro (Madrid). ¿Ha sido usted alguna vez enfermo imaginario?
-Sólo cuando he querido escaquearme de algo.
-¿Hipocondríaco?
-No. Sólo voy al hospital cuando estoy en estado lamentable. Si vas entero, te descubren un montón de cosas y te pones fatal.
-Molière fue también actor; murió en el escenario vestido de amarillo, dicen, y de ahí la vieja superstición...
-Eso dicen. Yo no soy supersticioso: trae mala suerte. Me da igual el amarillo, pero no lo uso porque no es propio de mi edad.
-Fue protegido por Luis XIV y el duque de Orleáns. Y a usted, ¿quién le gustaría que le protegiera?
-Tita Cervera.
-A Molière, su joven esposa le fue infiel...
-Creo que le sirvió para escribir «El cornudo imaginario».
-¿Mejor enfermo imaginario que cornudo real?
-Yo prefiero enfermo imaginario.
-¿A qué teme más que a la enfermedad?
-A la falta de salud, ja, ja, ja.
-¿A qué teme más que a la muerte?
-A la muerte de un ser querido.
-¿A qué teme más que a una inspección de Hacienda?
-A nada. Eso es lo más. Quite, quite.
-¿Cree que este país está enfermo?
-Yo creo que los que están enfermos son la panda de sinvergüenzas que están al mando, la clase política.
-Ande, suéltelo todo...
-Son ganaderos de hombres. Viven de los demás. Mire, Amilibia, me pasa que ya estoy hasta las narices de los humanistas, de los buenísimos, del buenismo... Estoy hasta las narices del Gobierno.
-¿Y cree que tiene cura esa enfermedad de los que mandan?
-Creo que la cosa no tiene mucho arreglo, porque el hombre es un lobo para el hombre y así es la condición humana.
-¿Y qué me dice de la salud del pueblo?
-Al pueblo le están dando por detrás y no dice nada. Le perdona todo al Gobierno, al poder. Ésta es una sociedad muy sumisa, rendida.
-Dicen que la crisis va a llenar las consultas de los psiquiatras...
-No pienso ir. Pero sé que de esta crisis saldrán forrados los de siempre.
-¿Usted ya está medio loco o...?
-Todavía no. Estoy demasiado cuerdo, creo.
-¿Quién es el enfermo imaginario de España?
-No sé si ZP está enfermo, pero miente.
-Entonces debe ser un gran actor, porque la mayoría le seguiría votando...
-No es un gran actor, no es Fernán-Gómez. Sucede que hay rendición.
-Los eurodiputados se suben el sueldo, aumentan los altos cargos en los ministerios, crecen los funcionarios...¿No es la locura?
-Esto es la locura, sí. Es la obra de unos jetas. Y todos con los brazos caídos, rendidos. No quiero ni oír las noticias porque me pongo malo.
-Y si se pone malo, ya no será un enfermo imaginario...