For ever rock

Comedia.Maduró el bagueteado guionista Richard Curtis desde que en 2003 debutase como director con la comedia romántica «Love Actually», porque su segunda película detrás de la cámara, «Radio encubierta» (sin que sirva de precedentes, una excelente opción en español para el título original «The Boat that Rocked»), es una cinta socarrona, un tanto nostálgica y lenguaraz sobre cómo, a finales de los 60, la época del mejor pop británico aunque la BBC sólo le dedicaba dos horas semanales, un grupo de locutores piratas inundaron el país de esta música las 24 horas del día y medio país enloqueció. Desde un barco situado en alta mar, la emisora clandestina que lideran El Duque (un solvente Seymour Hoffman), carismático DJ, y Quentin (notable Bill Nighy) atrae la atención del ministro Dormandy (el mejor Kenneth Branagh), un caricato dispuesto a lo que sea para frenar el carrerón de esta prole que fuma, bebe y practica un sexo alegre y desinhibido («los gobiernos odian a la gente libre», dice uno de los personajes). Con recursos como la pantalla partida y un ritmo al galope, «videoclipero», se trata de un producción estimulante y divertida que de haber recortado su excesivo metraje (sobre todo, hacia el final, cuando todo parece un «Titanic» despelotado) habría conseguido una nota más alta. Pero, ojito, con el rock nadie puede.