Franco (casi) ha vuelto

Franco ha estado a punto de cabalgar de nuevo en Madrid. Desde un punto de vista escultórico, claro. Aquella retirada de la estatua de la plaza San Juan de la Cruz fue, legalmente, una chapuza. Ocurrió una noche de marzo de 2005 y ahora el Tribunal Superior de Justicia de Madrid sentencia que no se hizo como se tenía que haber hecho. Le tira de las orejas al Ministerio de Fomento por retirar una estatua que no era suya y afortunadamente, con buen tino, no se establece en la sentencia la necesidad de volver a colocar la estatua en lo que ya podría ser un vodevil sin precedentes en la capital. Por lo tanto el resumen es fácil: no se retiró bien pero está bien retirada. Hay iconos que no descansan ni después de muertos. Pero también es verdad que ha habido cierta intención desde muchos frentes por hacer de esa estatua, una mera estatua, el símbolo tántrico de un régimen que ya está en los libros de historia porque entre todos decidimos darnos otra cosa. Ahora que en Madrid disfrutamos del lujo de poder ver al Pensador de Rodin en pleno Paseo del Prado a las puertas del Caixaforum resulta que hay otra estatua de la que algunos quieren que estemos pendientes. Esa estatua no es de Rodin y no era desde luego un Pensador. Así que, por favor, ya no toca.