Bruselas

«Gorbeako Gurutzea»

La Razón
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Los del PNV se enfadan últimamente por cosas rarísimas. Se enfadan tanto que formulan preguntas razonablemente cretinas en el Congreso de los Diputados. No les han explicado bien la Historia ni la Geografía. Han tenido profesores muy poco aplicados. Y a primer golpe de vista, parecen cultos. Prefiero escribir «culto» que «cultivado». Leí semanas atrás una entrevista en la que se decía que determinada actriz del Sindicato de la Ceja es una «mujer muy cultivada». Desde aquella lectura no puedo despegarme de su nueva imagen. Me la figuro con rábanos, pepinos, zanahorias y coles de Bruselas naciéndole de las orejas. Cultivadísima. Lo que decía. Dan el pego y parecen cultos, pero no lo son. Y tienen reacciones de niños tontos, porque hay niños que reaccionan divinamente. El último enfado ha sido consecuencia de unas maniobras del Ejército desarrolladas en las provincias vascas. En lo alto de la gran peña del Monte Gorbea, en la cruz que culmina su dominio, los militares colocaron la Bandera de España. Nada hubiera pasado si el Ejército español, en un arranque de buen humor, hubiese plantado un mástil con la bandera de Mauritania, pero no se dio el caso. Los militares son lógicos, y su Bandera y la de todos los españoles es la que izaron junto a la cruz del Gorbea al finalizar las maniobras. Un insulto para el Partido Nacionalista Vasco. Existe una bella canción, «Gorbeako Gurutzea», la «Cruz del Gorbea», que acostumbro a canturrear cuando no hago nada. Es un precioso y sosegado zorcico. Cuando los días resplandecen de sol y aire limpio, la cumbre del Gorbea, y la gran cruz que la corona, se pueden ver desde muchos puntos de Álava y Vizcaya. El Gorbea es un monte serio, que divide a vizcaínos y alaveses. Entre sus peñas cimeras nacen los ríos Arnauri y Berganza, afluentes del Nervión, y el Bayas y Undebe, que al término de su curso enriquecen al Ebro, el Íbero, el gran río de España. La Geografía es así. Sencilla, pero hay que estudiarla. Preocupado por el enfado de los nacionalistas vascos he acudido a mis fuentes asesoras en montes, ríos y provincias, y todas me han confirmado lo que, en principio, ya sabía pero no me atrevía a escribirlo por si los frenéticos cambios que nuestro planeta protagoniza habían desviado o trasladado el monte Gorbea a oro país. Pero no. Me dice mi principal asesor que las provincias de Vizcaya y de Álava, como la de Guipúzcoa, son tres provincias españolas que conforman la autonomía vasca. Y que el Monte Gorbea, con su cruz y todo, se halla entre las de Vizcaya y Álava, dato que confirma la españolidad de la referida elevación natural. De lo que se deduce que enfadarse porque el Ejército español, para celebrar el final de unas maniobras militares, haga ondear la Bandera de España en la cumbre de un monte tan español como la morena de Romero de Torres o las regatas de traineras, se me antoja una majadería, y más aún, una bobada carente de fundamento para protestarla en el Congreso de los Diputados. De ahí, que recomiende a los enfadados que entonen como quien firma, el armónico zorcico «Gorbeako Gurutzea» y dejen de hacer el chimpancé.