Afganistán
Helicópteros de ataque y mercadillo afgano
La ministra Carme Chacón tiene claro desde hace tiempo que la estrategia de Obama para Afganistán es la buena. Al enemigo, ni agua. De un lado, el loable empeño por dotar de más seguridad a nuestras tropas. Por eso se ve con buenos ojos el envío de helicópteros de ataque para apoyar a los infantes desde el aire en sus cada vez más peligrosas patrullas, síntoma de que ya en Defensa tienen muy claro de qué van los talibanes y que es hora de empezar a lucir nuestras armas más modernas. Del otro lado, los abrazos a los «buenos» y, aplicando un «Plan E» a la afgana, impulsar el mercado y la industria artesanal del país asiático. Con esa política, la base española de Herat abrió ayer sus puertas a un mercadillo de alfombras y otros productos elaborados por las mujeres de la zona. Apoyo a las mujeres y helicópteros de ataque. Aunque no lo parezca, dos vertientes de una misma misión.
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