Barcelona

«Joan Miró escuchaba mucho y hablaba poco»

«Joan Miró escuchaba mucho y hablaba poco»
«Joan Miró escuchaba mucho y hablaba poco»larazon

-Al repasar la exposición «Miró-Dupin. Arte y poesía», que desde hoy y hasta el próximo 18 de octubre, puede verse en la Fundació Miró de Barcelona– se evidencian claras afinidades lectoras entre usted y Miró que existían mucho antes de conocerse. Ambos coinciden en autores como Rimbaud, Verlaine o Baudelaire, entre otros.
-Soy poeta desde niño porque ya leía a los autores que me cita. A Miró le pasaba lo mismo, pues le interesaba mucho la literatura desde su juventud. Cada uno aportaba su esencia de poeta.
-Fue la poesía lo que les unió.
-Sí, fue el centro mismo de todo aquello. Me resulta muy difícil definir a Miró. Era alguien que leía mucho y hablaba poco, no comentaba nada públicamente. Aunque no lo manifestara, su verdadera prueba de relación íntima con poetas es su colaboración con ellos. Llegó a ser muy amigo de algunos, como de Joan Brossa.
-¿Le aconsejó lecturas a Joan Miró?
-Sí, claro, surgieron varias a lo largo de nuestras conversaciones y yo le llegaba a pasar algún ejemplar. Pero existían otras manifestaciones, como los grabados que hizo con textos de poetas jóvenes, cosa que permitía que ellos pudieran tener un editor.
-Me gustaría preguntarle por algunos de los artistas que ha tenido la suerte de conocer. El primero de ellos sería Alberto Giacometti.
-Es difícil de definir porque a él me unen quince años de amistad. Con Giacometti hice mi primer libro y también mi primera película. Para mí es un gran artista, premonitorio de todo lo que vendría después.
-Antonio Saura.
-Es el gran pintor español que sigue la tradición de Goya y El Greco con su lado negro. Es el más inteligente de todos porque, además de ser un excelente pintor ha dejado una cantidad de escritos extraordinarios. No olvide que su posición durante el franquismo fue ejemplar.
-También conoció a Picasso.
-Es un gigante. Eso es lo que era. Yo acompañaba en alguna ocasión a Miró cuando iba a verlo cerca de Cannes. Entre ellos existió una relación entrañable porque Picasso actuaba como su protector mientras que Miró lo admiraba. Siempre hablaban en catalán.
-Resulta inevitable que le acabe preguntando por Joan Miró.
-Se ha dicho y escrito tanto de él. Era superentrañable, una persona cálida, dedicada a sus amigos. A pesar de ser parco en palabras, cuando se abría se daba por entero. Ahora estoy trabajando en el catálogo razonado de sus dibujos, un trabajo que reunirá alrededor de siete volúmenes.