Nueva York
Kees van Dongen el rey fauve
Dónde: Museu Picasso. Montcada, 15-23. Barcelona. Hasta: 27 de septiembre. Cuánto: 5,80 euros.
Los caminos de Kees van Dongen y Pablo Picasso llegaron a converger en numerosas ocasiones. Por eso no es extraño que sea el Museu Picasso de Barcelona la primera institución de nuestro país que dedique una gran retrospectiva al pintor fauvista y aporte así una visión inédita sobre este autor. La exposición centra buena parte de su recorrido en la producción del Van Dongen parisino de principios de siglo, el mismo que coincide con un joven Picasso en el Bateau Lavoir, el mítico lugar en el que nacerá el cubismo. Van Dongen opta por otra mirada de vanguardias: el fauvismo.
A partir de casi ochenta trabajos cedidos por diferentes museos como el MoMA de Nueva York, el Centre Georges Pompidou de París, la National Gallery of Art de Washington y el Musée des Beaux-Arts de Montreal, se pueden analizar aspectos poco conocidos de la producción del gran pintor.
Van Dongen empezó en el mundo del arte realizando cuadros de tonos oscuros, a la manera de Rembrandt. La exposición se inicia con piezas realizadas a mediados de la década de 1890. Entre ellas destaca una: el espectacular óleo «Caballo pío», una tela de 1895-1907, recientemente adquirida por el Nouveau Musée National de Mónaco.
La llegada a París y su introducción en el grupo de artistas liderados por Picasso hacen que el pintor abandone el estilo simbolista. Fascinado por los distritos rojos, no solamente parisinos sino holandeses, dibuja escenas realistas hasta hallar un estilo propio,
Van Dongen fue seguidor de sus contemporáneos, los impresionistas y Monet, pero se forjó con prontitud un lenguaje propio, con turbulencia y tumulto de colores y formas, tributario de Signac y Van Rees. El empleo de la pincelada extrema lo acerca al fauvismo en piezas como «El Moulin de La Galette» (1905-1906) y «Carrusel» (1904-1905). La exposición permite contemplar cuadros como «Las luchadoras de Tabarin», donde planea la sombra de «Las señoritas de Avignon» de Picasso.
Fernande, modelo compartida
Una de las salas de la exposición se dedica a Fernande Olivier, la amante del Picasso y cubista aparte de ser también modelo de Van Dongen. El taller que ocupaba el holandés estaba junto al del pintor malagueño, por lo que los dos artistas rápidamente forjaron una sólida amistad. Ambos compartían penas y gloria en el Bateau-Lavoir donde una muchacha, Fernande, había sido modelo de pintores hasta conocer al celoso malagueño. Probablemente, a consecuencia de una breve separación de la pareja, en agosto de 1907, Van Dongen realizó una serie de retratos de su musa, todos ellos de factura muy diversa y que pueden verse ahora en Barcelona. Junto a ellos se expone una cabeza esculpida por Picasso que representa a la mítica musa de las vanguardias.
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