La marca Land Rover se une a la moda del aire limpio

Es algo natural que los vehículos de todo terreno, especialmente concebidos para desarrollar su actividad por el campo y caminos forestales, sean contaminantes. No sólo por el peso de los elementos que llevan instalados, como la tracción a las cuatro ruedas, sus elevadas dimensiones o el peso de los materiales empleados para soportar la dureza de la vida de trabajo en las explotaciones agrarias. La aerodinámica no es, con frecuencia, la más conveniente para conseguir ahorros de combustible. Land Rover ha dado un paso importante para conseguir una significativa reducción de combustible y también de emisiones de gases contaminantes. En su modelo Freelander 2 se ha incluido una versión, que está ya disponible en todos los concesionarios de la marca, denominada stop/start, que se aplica al a motorización TD4. Es un sistema desarrollado por la empresa Terrain Technologies especializada en la creación de iniciativas de ingeniería sostenible. Aunque ya habíamos visto comportamientos similares en muchos otros vehículos de producción en serie, nunca se había aplicado a un todo terreno. El sistema resulta eficaz cuando tenemos que utilizar este Freelander en situaciones de tráfico urbano o aglomeraciones, es decir, con ciclos de paradas y arranques continuos. Gracias a este dispositivo, cuando el vehículo de detiene el motor se para automáticamente, ahorrando combustible. Si nos fijamos, un día por ciudad supone muchos minutos con el coche completamente detenido, pero que sigue consumiendo gasolina y emitiendo gases a la atmósfera. Con este dispositivo stop/start si el conductor coloca el punto muerto en la caja de cambios, el motor se detiene. pero vuelve a ponerse en marcha también de forma automática cuando queremos reanudar la marca. Basta únicamente con pisar el pedal del embrague para que la mecánica entre nuevamente en funcionamiento. Metemos primera y a seguir. Si tomamos como referencia la norma EU4 que mide las emisiones de CO2, este Freelander 2 reduce sus gases de escape en aproximadamente un 8 por ciento en relación con el mismo modelo sin este equipamiento. Por lo que se refiere al consumo de carburante diésel, el ahorro que se ha llegado a registrar en circunstancias de tráfico urbano denso llega al 20 por ciento. Vamos a traducirlo a números para tener las cosas más claras. Respecto a la emisión de gases a la atmósfera, la reducción de CO2 es de 15 gramos por kilómetro, así que se pasa de 194 a 179 gramos. Si lo medimos en el apartado de ahorro de combustible, el consumo que antes era de 7,5 litros pasa a ser de sólo 6,7, es decir, cerca de un litro por cada cien kilómetros. El Freelander 2 tiene además otros complementos que ayudan al conductor a ahorrar carburante gracias a una conducción más eficiente. Por ejemplo, dispone de un testigo de cambio de marchas que informa al conductor del momento más oportuno para modificar la velocidad que está engranada para pasar a otra más eficiente. Y el conjunto va equipado con neumáticos con baja resistencia a la rodadura. Todos estos avances tecnológicos se sirven en este Land Rover sin que suponga un incremento adicional en la factura final. Esfuerzo de ingenieríaLa casa británica ha tenido que hacer un esfuerzo de ingeniería para adaptar el sistema a sus vehículos, ya que no sólo hay que idear el mecanismo, sino modificar un buen número de piezas que se ven sometidas a esfuerzos especiales para poder responder a las solicitudes exigidas. Así por ejemplo, ha sido preciso instalar una nueva corona y disco de fricción para el volante motor, un motor de arranque muy reforzado, ya que está en un funcionamiento constante, una batería de fibra de vidrio especialmente resistente y de alta calidad. Éste es sólo el principio de los desarrollos en tecnologías sostenibles que preparan. El precio de esta versión se sitúa entre los 29.350 y los 41.850 euros, en función del motor y el nivel de terminación elegidos.