Londres
La ministra de Comunidades de Brown también al abismo
Gordon Brown amaneció ayer aún aturdido por la renuncia de «Mister Speaker», y consciente de la trascendencia del episodio se mostró dispuesto a lavar como sea la imagen del Partido Laborista. El «premier» aseguró ayer que en los próximos días varios diputados quedarán suspendidos de la formación y todo indica que, bajo la sombra de la guillotina, se encuentra ahora la cabeza de Hazel Blears.
La ministra de Comunidades es una de las más afectadas por la publicación de los gastos que sus señorías han pasado a lo largo de estos años al bolsillo del contribuyente. A pesar de que el portavoz de Brown dijo ayer que ésta realiza un «buen trabajo», los mentideros se hicieron eco de la intensa discusión que Brown y Blears mantuvieron en la noche del martes y en la que el primer ministro se mostró con ella más que enojado. Razones no le faltaban, pues la responsable de Comunidades es el único miembro de su equipo al que se le ha criticado públicamente. Además, según el rotativo «The Daily Telegraph», la diputada cambió varias veces de casa en los últimos años y, a costa del erario público, reformaba con toda clase de lujos las viviendas para luego venderlas y sacarse un suculento salario extra. El beneficio se estima en 13.332 libras y, a pesar de que Blears ha prometido ahora devolverlas, todo indica que su puesto corre serio peligro.
En una entrevista con GMTV, Brown matizó ayer que estaba «enfadado y consternado» por todo lo que está pasando en Westminster. «Si mis padres vieran todo lo que está ocurriendo en la Cámara de los Comunes, se quedarían totalmente impactados», dijo. El «premier» añadió que la actuación de muchos ha sido totalmente «inaceptable» y matizó que en su partido habrá casos donde muchos podrán ser suspendidos y otros no presentados a las próximas elecciones previstas para el próximo año. La cabeza de Blears sería, por tanto, la primera de lo que se augura como una gran escabechina.
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