La prensa encerrada

EL PLENO ovacionó la intervención del presidente francés Las instrucciones que habían recibido los servicios del Congreso eran tajantes: no se circula por los pasillos, todos sentados en los escaños y en las tribunas antes de que Sarkozy y señora entren en el recinto, y nigún periodista sale de la tribuna de prensa hasta que el matrimonio no haya abandonado, no ya el hemiciclo sino la Carrera de San Jerónimo. Ver para creer. Las puertas se cerraron a cal y canto y los ujieres no dejaron salir a un solo plumilla hasta pasados unos minutos desde que acabó el discurso del presidente francés. No se recuerda una instrucción semejante ni cuando Sus Majestades los Reyes asisten a la Solemne Apertura de las Cortes cada cuatro años. Intolerable encierro e intolerable trato.