La tormenta Brawn continúa

Las cosas en la Fórmula 1 siguen igual. Es decir, el clan de los difusores sigue arriba y de los que forman el grupo del poder establecido, sólo McLaren parece que empieza a ver la luz. Ayer, Jenson Button volvió a demostrar que el Brawn GP es el mejor coche y, gracias a una estrategia muy razonable, consiguió su tercer triunfo del año. Se afianza como líder de la clasificación general y, hoy por hoy es un firme candidato al título. Restan muchas carreras, sí, pero lo cierto es que el monoplaza creado por Ross Brawn no es sólo bueno porque tenga un difusor trasero que no tienen los demás, sino también por otros muchos aspectos. El desgaste de los neumáticos es normal, su ritmo es bueno y, además, cuentan con un gran motor, el mismo Mercedes que lleva McLaren. Los Toyota partían desde la «pole position», pero su estrategia estaba bien clara debido a la escasa carga de combustible que llevaban desde la clasificación. Trulli, que falló en la salida y fue adelantado por su compañero Glock, que iba más descargado todavía, alcanzó la tercera plaza de forma ajustada porque apenas pudo luchar con el RBR de Vettel, que se mostró intratable en la segunda plaza. Las estrategias en boxes funcionaron a la perfección y de nuevo el joven alemán no desaprovechó su oportunidad para subir al podio. Eso sí, nada pudo hacer frente a Button, que fue muy regular. Al trío de Button, Vettel y Trulli se enganchó Lewis Hamilton, que hizo una salida espectacular gracias al «kers». Confirmó que el MP4/24 ha mejorado su rendimiento y en las próximas carreras puede unirse al grupo de cabeza. Acabó en cuarto lugar, muy cerca del tercero. Barrichello fue quinto, después de una prueba muy irregular en la que dejó claro que su estado de forma ya no es el que era. La sexta plaza fue para Kimi Raikkonen, que puntuó por primera vez en lo que va de temporada. En Ferrari las cosas pintan mal e incluso estuvo viendo la carrera en boxes el gran jefe, Luca di Montezzemolo. Octavo terminó Fernando Alonso que falló en la salida y no pudo aprovechar la potencia extra que da el «kers» como lo hizo Hamilton. Erró al acelerar y le superó Rosberg, aunque varios metros después recuperó su posición original. Más tarde, su ritmo fue muy lento y con el coche que conduce, el R29, la octava posición es prácticamente lo máximo a lo que aspira en estos momentos. Además, no parece que vaya a tener solución en las próximas semanas. Estamos en una situación similar a la del año pasado. Fue una carrera muy estratégica donde casi nadie falló y además, los temores sobre la resistencia de los neumáticos y los discos de freno no se aparecieron. Ahora, sólo cabe esperar a que Renault mejore. Los demás lo van a hacer y a pasos agigantados.