LA VARITA MÁGICA

El presidente del Gobierno se transformó en Harry Potter durante el debate del Estado de la Nación y empezó a sacar conejos de la chistera en forma de subvenciones. La más curiosa se ejecuta ya en los concesionarios de todo el país, aunque no estaba previsto. Me explico. Anunciar descuentos a partir de una fecha determinada supone paralizar el mercado por lo que, tras comprobar el error, Moncloa se vio obligada a precipitar los acontecimientos. La ayuda se aplicaría de forma inmediata. O sea ayer lunes 18 de mayo. Los que decidan comprarse un coche recibirán dos mil euros. Quinientos los aportará el ejecutivo central, mil los fabricantes y el resto las comunidades autónomas. Hasta aquí todo normal. Pero si antes no lo has cerrado como Dios manda es cuando vienen los problemas. En el caso de Castilla y León, el vicepresidente económico está que trina, y con razón. En vez de hacer una reunión para comunicar a todo el mundo los planes del Gobierno, se apuesta por la improvisación para reflotar la venta de vehículos y se deja todo en manos de la Divina Providencia. Al final nuestra comunidad colaborará con seis millones de euros. En la consejería del ramo tuvieron que hacer encaje de bolillos para conseguir cuadrar las cuentas. El vicepresidente segundo y consejero, Tomás Villanueva, siempre se mostró partidario de ayudar, pero instando a Madrid a coordinarlo todo. Menuda coordinación. La paciencia se agota y con la que está cayendo no conviene jugar demasiado con fuego.