La vertiente política de SOS

Me consta que el lío de SOS ha llegado a La Moncloa. También, al Ministerio de Economía y, por supuesto, al de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, que es el más afectado. Como no podía ser de otra forma, también está muy presente en las preocupaciones del nuevo Gobierno de Andalucía. Se trata de un asunto que, además del aspecto estrictamente empresarial, tiene una vertiente política de primer orden, que puede dar algunos quebraderos de cabeza a Miguel Blesa, responsable de Caja Madrid, que tiene el 10,5% del capital de SOS, y a los dirigentes de las otras cajas, especialmente andaluzas, que están en el accionariado. Y es que estamos ante una empresa estratégica en un sector, el del aceite de oliva, que es, asimismo, estratégico para los intereses españoles. No en vano, cerca de una cuarta parte del aceite de oliva envasado que se comercializa en el mundo lleva alguna marca perteneciente al grupo SOS. Es natural que entre los políticos directamente afectados y entre los olivareros haya una gran inquietud y que miren con lupa lo que hace ahora el conjunto de sus propietarios. Los interrogantes sobre su futuro se acumulan.