Laví e Bel bohemia canalla Lo mejor de 50 números

Atención, damas y caballeros. Abran bien los ojos y los corazones y prepárense para la sorpresa y el temblor. Con todos ustedes, Laví e Bel y su «Cabaret líquido». Tomen asiento, está a punto de comenzar el singular combate de la Lucha Popescu, el Popurrí de Clásicos, el dial humano del Hombre Radio, el asombroso viaje a Egipto de la mano de Nefertiti y el país de los Muertos, o al relato de dos geishas, Minako y Mineko, sobre cómo una cereza salvó la vida de un suicida. No se preocupen: estos que van a ver no son cómicos de tres al cuarto, sino veteranos de las carreteras españolas: vienen de Granada y bajo el nombre de Laví e Bel llevan ya unos cuantos años jugando al teatro sin artificios pero con misterio, al cabaret, a las marionetas, al clown...Ante todo, teatroSi no se fían de este periodista canalla –la profesión obliga–, crean al muy honorable cómico don Emilio Goyanes, fundador y director de la compañía, canalla también, pero encantador de serpientes: «Cabaret es uno de esos términos díficiles de definir: el gran público tiene esa idea que le dan los programas de la televisión, de lo que ven en "Sábado noche". De hecho, el cabaret no es un género en sí mismo, sino más bien algo que tiene que ver con el espectáculo de variedades, y eso está en nuestro espectáculo». Pero no se vayan todavía. Porque hay en escena folclore, con canciones como «Tomar la vida en serio es una tontería» y «Las turcas besan muy bien», hay escuela de «clown» con Oriolo... Sólo falta el güisqui, lamenta el teatrero. No les hace falta. «Bebemos –confirmado queda– de la tradición, pero lo traemos a nuestro terreno. Esto tiene algo de viaje». Y así, las canciones son una confirmación: «Nos sirven para decir: venimos de aquí, no nos olvidamos de la tradición. A partir de ahí, inventamos. Pero somos sólo un eslabón. En una cadena eso sí, que durante 40 años se llenó de oxido». La cosa tiene, sí, «sus puntitos canallas, aunque no con vedettes ni con estriptis, todo eso que está en el cabaret tradicional». El cómico promete que habrá «procacidad, incluso la chusma que debe tener el cabaret, de alguna manera elegante, pero con sabor para el público». Vamos, que quede claro: «Ante todo, somos una compañía de teatro. Pero igual que Kurt Weill y Bertolt Brecht, y las vanguardias en general: se acercaron al cabaret porque encontraron en él una posibilidad para tratar ciertos temas con un lenguaje especial». Ahí queda eso: «Hacemos teatro popular de vanguardia. ¿Alternativo? ¿A qué? Nosotros somos los que hacemos teatro. Para mí una obra realista no es teatro: Como diría Meyerhold, es literatura disfrazada».

Lo mejor de 50 númerosQuizá Laví e Bel les suene de aventuras como «Cabaret Caracol» (2000) o «Cabaret Nómada» (2004). O quizá sean alguno de los 36.000 espectadores que vieron «Cabaret líquido» en la Expo de Zaragoza. Puede incluso que lo votaran cuando ganó el premio Max al Mejor Espectáculo Musical. En aquellas 123 funciones del pasado verano hicieron 6 programas diferentes, que cambiaban cada dos semanas. Salieron 40 o 50 números, de los que han seleccionado lo mejor, en 1 hora y 45 minutos de música, teatro y fiesta.