Bibliotecas y Museos
Los desafíos de las nuevas bibliotecas digitales
La Biblioteca Nacional lanza el portal del Tesoro del Siglo de Oro y ofrece la oportunidad de imprimir libros a bajo precio, mientras afronta los retos del futuro: costes, derechos de autor y la orientación de las nuevas bibliotecas digitales.
Los servicios que ofrezca un portal de internet determinarán su posterior éxito. La Biblioteca Nacional se ha anticipado al futuro con una medida que ya augura la batalla que sobrevendrá después de la digitalización de los fondos bibliográficos de todos los países. «Cuando, dentro de unos años, este proceso termine se producirá una homogeneización de las colecciones nacionales. Las bibliotecas tendrán enlaces a libros que, sin embargo, poseen otras. Por ejemplo, se podrá consultar a través de la Biblioteca Nacional el único ejemplar de la primera edición del "Amadís de Gaula"que se conserva en la British Library. Comenzará, entonces, una competencia entre portales para que los usuarios hagan la consulta a través de tu página y no por otra dirección. Eso será lo que demandarán las empresas que respalden la financiación de cada portal», afirmó Milagros del Corral, directora de la Biblioteca Nacional. Lope de Vega y CalderónEsta institución ha dado un paso adelante en su proceso de digitalización. Ayer presentó el Portal del Teatro del Siglo de Oro, que pone a disposición de los internautas, a través de su página web, renovada para este estreno, 137 autógrafos de los dramaturgos más importantes de este periodo, desde Lope de Vega, Calderón, Rojas Zorrilla o Vélez de Guevara. En su arranque cuenta, también, con 710 copias o manuscritos de 44 autores teatrales. Pero, la innovación es el acuerdo que la Biblioteca Nacional ha firmado con la empresa «Bubok», que permitirá a los usuarios imprimirse las obras incluidas en la Biblioteca Digital Hispánica. Es la primera vez que este servicio, que ya funciona en EE UU, se ofrezca en Europa. El desarrollo de Europeana, la biblioteca digital europea (www.europeana.ue), que se inauguró en noviembre; la Biblioteca Digital Mundial (BDM) (www.wld.org), respaldada por la Unesco y que se lanzó en abril; el proyecto emprendido en 2004 por Google (books.google.es), y el proceso de las instituciones de cada país plantea expectativas y dudas. Definir audiencias«La BDM nace con un planteamiento diferente. Quieren obras emblemáticas. Sobre todo de países en desarrollo o emergentes. Me da la impresión de que terminará convirtiéndose en una biblioteca museo. No será tanto para que los investigadores trabajen», comenta Milagros del Corral, quien reconoció que España participará en esta iniciativa con los fondos relacionados con la independencia de los países americanos. Pero, para ella, el principal problema que se plantea ahora en estas nuevas plataformas «es definir las audiencias». «¿Quiénconsultará Europeana, que cuenta ya con objetos bibliográficos, sonoros y fílmicos? Porque si son investigadores o simples internautas habrá que replantearla de una manera u otra». La crisis también marca la agenda de estos proyectos. «Es muy caro. Hay que respaldar la digitalización y preservación de los fondos en cada país; luego a las personas que trabajan en The European Library (www.theeuropeanlibrary.org), donde están todas las bibliotecas nacionales europeas, y después al grupo de Europeana. Habría que ahorrar en estadios. No se puede costear tanto». De momento, España está en Europeana con los fondos digitalizados de la BN. «A final de año esperamos añadir nuestra hemeroteca», comenta Del Corral. Ella misma explica el último problema al que se enfrenta la digitalización: «"Arrow"reúne a las bibliotecas nacionales, asociación de editores y sociedades de gestión, porque el reto no resuelto es la defensa de los derechos de autor. Hasta ahora digitalizamos las obras de dominio público. Pero existen las llamadas "obras huérfanas". Es el material moderno que también reclaman los usuarios. Pero hay que determinar antes cuándo expirar sus derechos, o negociarlos con quienes los tengan para su reproducción o, simplemente, retirarlos y no ponerlos». Colaboración con GoogleBelén Llera, directora técnica de la Biblioteca Nacional, explica, de momento, el ritmo en el que se ha embarcado esta institución. «Tenemos 16.000 objetos. Seis mil de ellos se ha digitalizado en lo que va de año. Para 2011 esperamos tener 300.000 mil». Llera reconoce que se empezó tarde «pero hemos aprovechado la experiencia de otros y ahora podemos ponernos a la cabeza». También reconoce que se está hablando con Google: «Hay vías de colaboración. Queremos darnos visualización». El objetivo es ofrecer los parámetros para que las obras de la BN aparezcan las primeras en todas las búsquedas y se consulten a través del portal de la BN. En ningún momento se cederán los documentos digitalizados. Ignacio Jiménez Raneda, vicepresidente de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que cuenta con 40.000 registros digitalizados y, al final de este año, recibirá cerca de 200 millones de consultas, apuesta, frente a Google, por la calidad: «Nosotros ofrecemos las obras contextualizadas historicamente y con estudios de especialistas. Google sólo digitaliza un texto». Milagros del Corral señala un punto importante. La necesidad de una buen «interoperatividad». Este protocolo técnico ha retrasado la incorporación de la Biblioteca Virtual Cervantes a Europeana y también los archivos de la Hemeroteca de la BN. Aunque esperan que este obstáculo se resuelva pronto en Europa.
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