Los españoles ponen un suspenso a la educación universitaria

El llamado proceso de Bolonia, término con el que se conoce la reforma de la educación europea, ha desatado una marea de protestas por toda Europa. En España, el rechazo de los estudiantes ha sido más que evidente, con manifestaciones masivas en las grandes ciudades.Sin embargo, los españoles no están de acuerdo con el sistema educativo actual, porque los planes de estudios no se corresponden con las necesidades reales de la sociedad. Así se desprende de una encuesta realizada por NC Report para LA RAZÓN.Estos resultados corroboran las reclamaciones que los estudiantes han puesto de manifiesto en las concentraciones que se han celebrado en las principales ciudades españolas.Imagen negativaLa imagen que la sociedad tiene de la educación universitaria es muy negativa y la suspenden con una nota del 4,6 sobre 10. De hecho, ninguno de los segmentos de edad aprueba la enseñanza recibida. Los más jóvenes, el segmento de 18 a 29, son los más «benévolos» y, a pesar de calificar su educación universitaria por debajo del 5, la dejan al borde del aprobado con un 4,8. A medida que la edad de los encuestados aumenta, la nota baja. Así, los encuestados de 30 a 44 años le dan un 4,7, una décima más que los españoles de 45 a 64 años consultados.La mala imagen que da la Universidad española se debe, según los consultados, a la falta de inversiones y a los planes de estudios. El 45,4 por ciento de las respuestas indican que las aportaciones económicas públicas no son suficientes. Este porcentaje supera el 50 por ciento en los encuestados de 45 a 64 años.Los universitarios españoles defienden la creación de un debate con la participación de los agentes sociales para definir un pacto nacional de la enseñanza superior, donde se establezca un modelo de universidad pública adecuado a los retos que plantea la sociedad. Según el estudio, los españoles diseñarían una educación universitaria en donde tuviera mayor peso la práctica que la teoría. De hecho, el 43,7 por ciento prefiere una educación más práctica que teórica. Otro 40,7 por ciento, mantiene que teoría y práctica deben de estar equilibradas. Sólo un 5,1 por ciento quiere que la teoría gane peso en el conjunto de las asignaturas. Todos los segmentos de edad prefieren una enseñanza en la que primen los contenidos prácticos, excepto los mayores de 65 años, que consideran que teórica y práctica deben estar equilibradas dentro de los planes de estudios superiores. Mayor especializaciónOtra de las demandas que se desprenden del estudio es el establecimiento de una educación universitaria mucho más especializada. Así lo demanda casi la mitad de los encuestados y es el principal reclamo de todos los segmentos de edad (de 18 a mayores de 65 años). El 31,4 por ciento pide que se combine la generalidad con lo específico y, únicamente un 7,3 por ciento aboga por transmitir conocimientos más generales.Esta realidad preocupa mucho a la UE, que pretende que en 2010 los 46 países de Bolonia se adapten al marco educativo europeo. De esta manera se armonizará en toda Europa el diseño de la educación superior y teóricamente se acabará con el trámite de la convalidación de los estudios, de manera que se podrá ejercer en distintos países con el mismo título, lo que facilitará la movilidad geográfica. Dentro de este plan de futuro, la UE pretende que uno de cada cinco europeos curse sus estudios superiores fuera de su país en un periodo de diez años.