Los laboratorios farmacéuticos se preparan para una pandemia

La gripe porcina sigue su senda expansiva y sólo dos compuestos se imponen como solución: el oseltamivir y el zanamivir, comerciados bajo los nombres de Tamiflu y Relenza y fabricados por los laboratorios Roche-Farma y GlaxoSmithKline (GSK). En sus manos reside la responsabilidad de surtir a tiempo a toda la población. Un cometido que ambas empresas farmacéuticas asumen con cierta seguridad en sus capacidades, gracias a diversos planes de acción que ya habían sido programados con anterioridad, incluso a la gripe aviar. Dos respuestas similares, aunque siempre en base a las órdenes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambas ya han empezado a incrementar la producción de los antivirales, como ha decretado la OMS, y se preparan para desarrollar una vacuna en cuanto se determine la cepa adecuada. GSK ha suministrado 100.000 unidades de Relenza y 170.000 dosis adicionales de su vacuna contra la gripe estacional, atendiendo de esta forma a la petición de las autoridades mexicanas. Desde 2005, la empresa ha invertido más de 1,7 billones de euros en un plan para la creación de vacunas y antivirales y desarrolla alternativas con las que se podría contribuir a la reducción del impacto del virus. Entre estas opciones se encuentra la tecnología adyuvante: con ella se potenciaría la respuesta inmune de las personas ante la agresión. Roche-Farma asegura tener una capacidad de respuesta rápida de 24 horas y un total de tres millones de reservas que la OMS podrá obtener cuando lo considere oportuno, unidas a los dos millones de tratamientos que ya ha enviado a la institución. Las fábricas de Roche-Farma proporcionarían hasta un total de 400 millones de tratamientos anuales. Sólo un problema: son necesarios ocho meses desde la obtención de las materias primas hasta su comercialización. Otras dos farmacéuticas, Sanofi Aventis y Chimera Pharma, se han mostrado dispuestas a la producción de vacunas. La última de ellas incluso podría crear una que atacara a cualquier virus de gripe, al actuar contra una parte de éste que no muta.