Diseñadores
«Los otros domésticos» por Bartolomé Beltrán
Los ácaros forman parte de lo más doméstico de la casa. Para los alérgicos es un suplicio. Por eso hay que limpiar la casa con frecuencia y siempre con el aspirador y paños húmedos. Las personas alérgicas que realicen esta tarea, deben usar una mascarilla y aspiradores que lleven bolsas de grosor doble y con filtros en el aire de salida. Recubrir los colchones y almohadas con fundas antiácaros. Cubrir el canapé también con una cubierta plástica y desechar colchones, almohadas y peluches viejos o de lana. Hay que lavar la ropa de cama a más de 60 grados centígrados cada 10-14 días. Reducir la humedad relativa del aire de la casa al menos al 50 por ciento mediante el uso de deshumidificadores. Sustituir las almohadas y cojines rellenos de materiales naturales como pluma de ganso o algodón, por otros fabricados con fibras sintéticas. Si no se quiere eliminar estos objetos, también se pueden forrar con materiales no permeables a ácaros. Ventilar el dormitorio adecuadamente, para evitar la humedad. Evitar las cortinas, alfombras y moquetas, sobre todo en la habitación de la persona alérgica. Los suelos de madera o cerámica son los mejores para los alérgicos. Evitar en el dormitorio las alfombras, cortinas o cualquier objeto de lana o tela innecesario como por ejemplo tapices en las paredes o posters. Utilizar periódicamente productos acaricidas y kits para la determinación del contenido de los ácaros en el polvo de la casa. Si estas medidas no se pueden cumplir es preferible que el paciente cambie de domicilio a una vivienda nueva y seca, libre de moquetas y evitando siempre las primeras plantas o sótanos. Es la única manera de combatir a los otros domésticos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar