España

Los principios de la «fórmula Aznar»

EL EX PRESIDENTE reclama en su libro «España puede salir de la crisis» un gran pacto que sea capaz de consensuar una «agenda nacional de reformas» tan urgente como inevitable

Los principios de la «fórmula Aznar»
Los principios de la «fórmula Aznar»larazon

Que quede bien claro desde el principio que España puede salir de la crisis. Que no hay ninguna supuesta maldición que nos condene como pueblo al paro masivo y al estancamiento. Sólo la mala política, la imprevisión y la improvisación nos han llevado a la gravedad de la situación actual y todo eso es reversible. Es posible volver a crecer, a crear empleo y a reducir el paro. Estoy convencido de ello porque confío extraordinariamente en la sociedad española, en su capacidad de alcanzar retos colectivos. Porque lo ha demostrado sobradamente en el pasado. Pero volverlo a hacer requiere cambiar claramente un rumbo como el actual que nos conduce a encallar en una crisis aguda, profunda y duradera.Una reforma a fondoPara enfilar la salida de la crisis con plena confianza en nuestras posibilidades como país, España necesita liderazgo político para abordar una nueva Agenda Nacional de Reformas muy ambiciosa que apueste por la austeridad y el recorte del gasto público, la contención del empleo público, la racionalización y reestructuración del modelo autonómico, las rebajas de impuestos, una nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas, sobre todo en el ámbito autonómico y local, la recuperación del mercado nacional, la apertura comercial, nuevas liberalizaciones en los mercados de servicios, mayor competencia en todos los mercados, una nueva y profunda reforma laboral, reformas para asegurar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, reformas para mejorar la eficiencia y reducir el coste de los sistemas sanitarios, reformas para mejorar la calidad del sistema educativo, reformas para mejorar la calidad de los servicios del Estado como supervisor, reformas en la regulación financiera para reforzar la transparencia y penalizar la falta de honradez empresarial, y un refuerzo de la capacidad energética nacional.No son recetas divertidas, lo sé. Pero en estos tiempos tan difíciles para millones de familias españolas hay que dejar las frivolidades en el cajón del despacho y decir a los ciudadanos la verdad para concitar su apoyo alrededor de un ambicioso plan de reforma económica. No es posible llevar a cabo la profunda transformación económica, social y política que se necesita en España si no existe conciencia social de la necesidad del cambio. Ha llegado el momento de alcanzar un gran pacto entre los españoles para que en nuestro país cambien muchas cosas que están mal y que hasta ahora no hemos sido capaces de mejorar (...).Los ciudadanos deben saber que estamos siendo golpeados de manera especialmente severa porque el Gobierno ha aplicado manuales de economía que algunos leen en dos tardes, que tienen un resumen que se lee en cinco minutos, y cuya aplicación durante los últimos cinco años ha debilitado a las instituciones, a las empresas y a los trabajadores, ha minado nuestra credibilidad internacional y, en suma, ha dejado a la sociedad española más vulnerable ante una crisis que ahora nos azota con particular virulencia (...).Con cinco asesores es suficienteYo no tengo ahora ni he tenido nunca sesenta asesores económicos. Cinco eran suficientes. Pero ni sesenta ni cinco hacen falta para darse cuenta de que esta crisis se veía venir en España, y muchos lo advertimos. Este juego ya lo conocemos. Hay quien empieza por negar la existencia de la crisis para posteriormente, en un requiebro tan ágil como inverosímil, pretender dar clases de cómo salir de ella. No es la primera vez. Los que vivimos de cerca la crisis de 1993 lo recordamos bien (...).Es la hora de poner en orden unas cuentas públicas que han visto crecer sin control su gasto al calor de los ingresos derivados del boom inmobiliario. Ha llegado el momento de la disciplina presupuestaria y de reconocer que hay cosas que no nos podemos permitir todavía como país, que debemos trabajar más para alcanzarlas. Reconocer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Ha llegado el momento de decir no a los excesos.No saldremos de la crisis si se permite a las Administraciones regionales y locales tener comportamientos oportunistas e irresponsables que les posibilitan echar cargas y deudas sobre los hombros del Estado. Ha llegado el momento de la responsabilidad. Sólo así se recompondrá la necesaria confianza mutua para salir todos juntos de la crisis.