Río de Janeiro
Madrid 2016: los rivales examinan la «corazonada» olímpica
Después de visitar Tokio, Chicago y Río, el COI llega a Madrid para evaluar su apuesta olímpica. ¿Qué imagen se llevará? Tres periodistas de los países rivales cuentan, con un pie en cada trinchera, cómo ven ellos la capital española
No es su guerra, obviamente. Pero si Mike Elkin, Jairo Máximo y Masako Ishibashi se encontrasen mañana lunes, cara a cara, con la comitiva de 12 hombres y una mujer que el COI ha enviado a Madrid para evaluar hasta la última costura de la candidatura olímpica sabrían muy bien cómo ablandar sus conciencias: «Los llevaríamos a comer a un buen restaurante, sin duda. Y seguro que todos votarían por Madrid». En lo que no hay consenso es en dónde desplegar mesa y mantel. «Yo les pediría un pescado a la vasca regado con un buen vino blanco», propone Máximo. «Tinto, tinto. En España el vino tiene que ser tinto. Yo los llevaría a ‘‘Casa Lucio''», tercia Ishibashi. «Lo mejor es ir de tapeo y de cañas por el centro, de un bar a otro. Negocios a la española: nunca fallan», sentencia Elkin.Por desgracia para los impulsores de la candidatura de Madrid 2016, la cosa no será tan sencilla. Recién llegados de Río de Janeiro, donde han sacado punta a una de las tres rivales de la capital española, los temidos examinadores del Comité Olímpico Internacional pasarán la próxima semana en Madrid con sus bolígrafos desenfundados prestos a anotar hasta el más mínimo detalle del proyecto. Además de Río, antes lo han hecho en las otras dos ciudades rivales, Chicago y Tokio. Alea jacta est.Los méritos para ser olímpica Madrid 2016 se examina, pues, ante el mundo. ¿Cómo verá el mundo a Madrid? ¿Y cómo nos ven nuestros rivales? Mike Elkin, Jairo Máximo y Masako Ishibashi, los mismos que presumen de pescado a la vasca, zumo de uva y de ese entrañable matrimonio cañita-tapa, pueden dar alguna pista de ello. Elkin es el corresponsal en Madrid de la revista estadounidense «Newsweek». Masako Ishibashi, de la agencia de noticias «Kyodo News», es la periodista japonesa decana en España. Y Jairo Máximo, brasileño afincado en Madrid desde hace dos décadas, escribe para la revista carioca «Imprensa» y para la agencia «Eurolatinews». LA RAZÓN los reunió el pasado jueves para averiguar cómo ven la capital española y su «corazonada» (como reza el eslogan olímpico) con un pie en cada trinchera. Cada uno tiene sus preferencias, como no podría ser de otra forma. Pero su dictamen es el mismo: Madrid ha acumulado méritos para merecer el premio olímpico. El más entusiasta es Máximo. «Yo tendría que inclinarme por Brasil, es una gran potencia y un gran país, pero Río de Janeiro tiene un grave problema de inseguridad y de falta de infraestructuras. No creo que sea antibrasileño por apostar a que no saldrá elegida. Allí están más preocupados por el Mundial de Fútbol de 2014. Madrid está mucho más preparada porque es más segura y tiene una oferta cultural incomparable». «Con todo el esfuerzo que han hecho los madrileños y el alcalde Gallardón –añade su colega japonesa–, después de que le arrebataran injustamente los Juegos de 2012, Madrid se lo merece. Hay mucho trabajo detrás». Elkin se muestra algo más comedido. «La ciudad tiene la voluntad y los medios para ser elegida –asegura–. Y, sobre todo, una cosa positiva: saber que hay una fecha tope para terminar las obras dará la seguridad de que acabarán a tiempo».El coche y el Metro Elkin es de un pueblo de Connecticut, pero la soltura con la que intercala «joder, lo flipas» entre frase y frase le hace parecer más castizo que el barquillo. Lleva ocho años en Madrid, pero llegó mucho antes a España para aprender el idioma. «Me vine a los 15 años a vivir con una familia, y lo que más me llamó la atención fue que el padre conducía a la velocidad de la luz, cuando en mi pueblo no se pasa de 40 millas. Eso fue hace 18 años. Creo que ya me he acostumbrado... ¡o a lo mejor es que yo también conduzco así!».El reportero americano es el primero en remover uno de los sambenitos que persiguen a Madrid, el tráfico. «Con un transporte público tan bueno, con ese Metro y esa red de Cercanías, no tiene sentido que los madrileños sigan cogiendo el coche para ir al centro», afirma. Ishibashi cree que en este aspecto las cosas han avanzado –«el proyecto olímpico ha mejorado la ciudad»–, como también lo ha hecho en la que siempre ha sido su mayor preocupación: la seguridad. «Antes había muchos atracos a japoneses, incluso a amigos míos. Ahora es distinto. El ‘‘Plan Japón'' que puso en marcha el Ayuntamiento ha funcionado y los asaltos se han reducido un 40%».Ishibashi lleva más de 30 años en España y reconoce que la ciudad ha cambiado de arriba abajo. Lo mismo opina Jairo Máximo, madrileño de adopción desde hace dos décadas. Y lo resume en cinco adjetivos: «Ahora es una ciudad moderna, cosmopolita y atractiva. Cuando vine en 1989 era sucia y gris». La corresponsal japonesa le pone un pero: «¡Por Dios, los dueños de los perros tienen que ser más cuidadosos con los excrementos caninos!».Nadal, Alonso... y RaúlSobre el papel, el examen que deberán hacer los enviados del COI se limitará a las sedes olímpicas y al conjunto del proyecto. Sus conclusiones, junto a las de las otras tres ciudades aspirantes, se incorporarán a un informe que los distintos comités olímpicos deberán tener muy en cuenta en la votación final del próximo mes de octubre en Copenhague. En la práctica, sin embargo, lo que allí se juzgará es mucho más que un dossier. En el fondo, se evaluará la vocación olímpica no sólo de una ciudad, sino de todo un país. ¿Tiene España pulso deportivo? ¿Cómo nos ven nuestros rivales? Es cierto que en los últimos años la Santísima Trinidad de nuestro deporte –Alonso, Nadal y Pau Gasol– ha hecho tambalear la dictadura del fútbol. En Brasil, cuna de campeones de automovilismo, el rey del deporte español es Alonso. En Japón la admiración se la lleva Nadal. Pero, que nadie se engañe, la capital sigue siendo sinónimo de Real Madrid. «Y, sobre todo, Raúl. Es el más conocido», aclara Ishibashi. Que se lo digan, si no, a su cardiólogo de Kyoto. «Hace unos años, cuando entré en su consulta, me recibió muy serio con sólo dos palabras: ‘‘Raúl González''. Poco después le mandé una foto dedicada del jugador tras hacerle una entrevista, y se puso tan contento».El Bernabéu, las tapas, los toros, la cultura, la ciudad cosmopolita, el Metro y las más modernas instalaciones deportivas... Madrid presumirá esta semana de vanguardia sin renegar de sus tópicos. Quizás por eso, una colorida escultura de un toro vestido de torero, plantada en medio de la acera, observa cómo los tres corresponsales se despiden a la salida del hotel donde se ha producido la entrevista. El mismo en el que cada vez que se acerca la Feria de San Isidro comparten hall turistas y toreros, «guiris» y «toreadores».
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