Nueva York

Memorias de un fiber

La Razón
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Hace 15 años escuchaba música en cassete, existían las Torres Gemelas de Nueva York, se pagaba en pesetas, no existía la telefonía móvil ni internet y te enterabas de las cosas por la radio, fanzines, revistas, amigos. Fue en la radio, con la voz de Julio Ruiz y su programa «Discogrande», donde me enteré de que a algún iluminado se le había ocurrido la idea de montar un festival de música independiente en Benicàssim. Alguien apellidado Morán empezó a soltar nombres, que si Jesus and Mary Chain, Ride, The Wedding Present, The Charlatans, Heavenly, Supergrass, Echobelly… Hasta entonces, yo ansiaba asistir a un festival de esas características, especialmente a los de Glastonbury y Reading, en Reino Unido. Ahora el objetivo era asistir al primer Festival Internacional de Benicassim. Fue un caluroso primer fin de semana de agosto en el velódromo de dicha localidad, según rezaba en la entrada. Con las 8.000 pesetas del precio del abono tenías derecho incluso a un camping. Creo recordar que asistimos unas 7.000 personas. El cartel me parecía alucinante, un oasis para gente como yo ávida de conciertos de grupos «indies». Y allí reunieron a The Wedding Present, The Pastels, Ride, Mega City Four (en sustitución de Jesus and Mary Chain), Carter USM, Los Planetas, Los Flechazos, Gene, Salad…. Un solo escenario, sin carpas de música electrónica, que cerraba a las tres de la madrugada y donde el 99% del público era nacional, incluso podías comer algún bocadillo. Ahora hay cuatro escenarios, carpas de música electrónica y pop y se cierra a las ocho de la mañana. También ha cambiado la composición del público, más de la mitad es extranjero y si quieres te puedes comer pizzas, paellas o bocadillos, además de asistir a ciclos de cine, de teatro, cursos de verano.Momentos de pánicoQuince años han pasado desde entonces, quince años de asistencia obligatoria y casi religiosa, cientos de conciertos, unos excepcionales, como los de Björk del 98, el de Nick Cave, el de PJ Harvey, el primero de Belle and Sebastian, Brian Wilson, Wilco, Mojave 3, ¡la doble actuación de Jesus and Mary Chain!. Otros conciertos son para el olvido, como el de Love con un Arthur Lee completamente etílico. Mucha gente me ha acompañado en todos estos años, y espero que mucha más gente me acompañe en este FIB y en los venideros, gente siempre con ganas de escuchar buena música y de pasárselo bien, con quien compartir esas anécdotas divertidas o esos momentos de miedo, e incluso de pánico (que también los ha habido, como la megatormenta que tiró el escenario y causó el terror entre los asistentes, y para colmo sin teléfonos móviles y durmiendo en el camping de la organización…). Ya a nivel más personal, el cambio más importante y emotivo va a ser cuando en la noche de hoy me suba a la cabina de la carpa pop para amenizar durante hora y media con mi mejor pop. Evidentemente caerán canciones de grupos del primer Benicàssim y de algunos más. ¡Gracias FIB!