Fotografía
Michelle O
Michelle Obama me recuerda al famoso «Cuadrado negro sobre fondo blanco» de Malévich, lienzo fundacional del suprematismo que expresaba el nuevo mundo que estaba gestándose.... Y no es un chiste fácil. Cuando la veo, al igual que en la pintura del ruso, lo blanco me parece el marco y el cuadrado me sugiere un agujero negro espacio-temporal. La Roca –como la llama su marido– y la pintura suponen el triunfo de lo nuevo frente a lo caduco, pero también marcan la sensación de lo muy intencionado. Siendo más terrenales: aunque la mujer del presidente electo sea una profesional de prestigio, no deja de ser una consorte cuyo único margen de maniobra es la moda –en su caso fundada sobre trapitos «low cost» y collares inspirados en Lisa Simpson–, por lo que no es de extrañar que se haya convertido en asunto de Estado el atuendo que se calzará en la ceremonia de investidura, en tanto que proyectará su imagen pública que es todo el ámbito de actuación de una primera dama. El portal «Women's wear daily» ha pedido ideas a 34 diseñadores para echarle una manilla, aunque... ¡menuda es la señora de Barack para aceptar sugerencias! A pesar de que nadie duda de su personalidad lumínica, resta encontrarle el trampantojo o, por seguir el símil del cuadro, dónde termina el paspartú y comienza el meollo bautizado Michelle O.
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