Cine
Miedo de segunda
Director: Charles y Thomas Guard. Intérpretes: Emily Browning, Arielle Kebbel y Elizabeth Banks. Guión: C Rosenberg, D. Miro y C. Bernard . USA/Canadá, 09 Duración: 87 minutos. Terror.
Que inventen ellos, deben de responder en Hollywood cuando alguien busca un guión decente de terror para rodar, que siempre suele hacer caja y ya toca. Ellos son los asiáticos, originales, poéticos, brutos y retorcidillos maestros del género durante los últimos tiempos. Un ejemplo: el coreano Kim Ji-woon, autor de «Dos hermanas» (2003), un filme espeso como la melaza, una pesadilla oscura y fatalista en el que un par de niñas eran maltratadas por su madrastra de manera impúdica mientras un fantasma las rondaba. «Remake» de aquella película inquietante, notable y complicada, «Presencias extrañas» coquetea con otra producción estimable y esta vez estadounidense, «La mano que mece la cuna», aunque pincha como un globo sobrado de gases en su lectura para el público «occidental» (léase adolescentes de amplias tragaderas) con una historia insípida, carente de morbo y que suena a «dejà vu» persistentemente, pero por motivos que nada tienen que ver con el hecho de que no se trate de una idea original: una joven que acaba de abandonar el psiquiátrico descubre que su progenitor (personaje mal trazado y peor resuelto todavía), viudo reciente, vive ya emparejado con una señora estupenda aunque parece saber más que los ratones colorados. Una puerta que se abre de sopetón, la correspondiente mano birriosa que se aferra al borde de la cama, una niña pelirroja con cara de pocos amigos y que en las cintas japonesas suele ser morena y tener los cabellos muy largos, los siempre agradecidos sueños premonitorios... Sustos predecibles, en resumidas cuentas, para pasar el rato una tarde tonta. Ahora bien, si el espectador ya conoce «Dos hermanas» y esperaba una adaptación rigurosa, va listo.
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