Pontevedra
Núñez Feijóoel gestor reformista
MADRID- Ha sido el tecnócrata que rejuveneció el Partido Popular de Galicia tras la larga etapa de Manuel Fraga al frente de la Xunta de Galicia. Alberto Núñez Feijóo, candidato y ya futuro presidente de la Xunta, llegó a primera línea de la política gallega en el año 2003. Fue precisamente la marea negra del «Prestige» su trampolín, al caer el entonces poderoso «delfín», José Cuiña. Éste dimitió al trascender sus vínculos con una empresa que vendía palas y equipos para la limpieza del «chapapote». Así empezó la carrera de un hombre que se define a sí mismo como gestor, galleguista y reformista.Su fama de emprendedor se forjó en Madrid, de la mano de dos de sus «padrinos», José Manuel Romay Beccaría y Francisco Álvarez Cascos. El primero le nombró presidente ejecutivo del Insalud, entonces ligado al Minsiterio de Sanidad. El segundo le llevó a la dirección general de Correos y Telégrafos, dependiente de Fomento. Núñez Feijóo fue el artífice de la reforma y modernización de ambos organismos, elaboró un plan integral para las listas de espera, la contención del gasto farmacéutico y las fundaciones públicas sanitarias, y convirtió Correos en una sociedad estatal, hasta su vuelta a Galicia.Congreso extraordinarioEl «patrón» Fraga se acordó de él en plena crisis del «Prestige» y le eligió como sucesor de Cuiña, el auténtico «hombre fuerte», destinado a sucederle al frente de la Xunta. Cuiña, que falleció de una neumonía en el año 2007, había tenido mala relación y fuertes discrepancias con Mariano Rajoy por el control en Pontevedra. Tras la pérdida del poder por un solo escaño, merced al bipartito del PSOE y el BNG, Fraga preparó un Congreso extraordinario que designó a Feijóo como nuevo líder de los populares gallegos.Al frente del partido acometió una remodelación total, acabando con la tradicional división entre los de la «boina», apegados al mundo rural de la tierra, y los del «birrete», de formación universitaria y con carrera política en Madrid. La boinaCon fino humor, Alberto Núñez Feijóo suele decir que a él «le sienta bien la boina», típica de Os Peares, la pequeña aldea de Orense donde nació. Después se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela y navegó por las Consejerías de Economía y Sanidad, hasta que Fraga creó expresamente para él una Vicepresidencia por primera vez al frente de la Xunta, y cuyos entresijos, por tanto, bien conoce.Es un gran trabajador, preparado y de sutil ironía. Su trabajada victoria supone mucho más que un triunfo autonómico, porque llega en un momento convulso, en medio de las acusaciones de corrupción a su partido. En este sentido, es como un balón de oxígeno ante la tormenta, acalla las voces críticas y respalda el liderazgo del presidente nacional, su amigo de tantos años, Mariano Rajoy. Como él, rara vez pierde la calma y saluda con la habitual coletilla, «mi querido amigo, ¿cómo está usted?». Feijóo se pone al timón de una nueva era.
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