El Cairo
Obama pide a los países árabes que hablen con Israel
La visita del presidente estadounidense es vista como la llegada de un «Mesías» que daría paz a la inestable región.
Barack Obama aún no había puesto un pie en el aeropuerto de Riad cuando el líder de la red terrorista Al Qaida, Osama Ben Laden, ya había difundido un vídeo, a través de la cadena de televisión Al Yazira, en el que critica la visita del presidente estadounidense a Arabia Saudí y Egipto, la primera etapa de su gira antes de continuar hacia Europa, donde visitará Alemania y Francia. «Obama y su Administración han plantado las semillas para la revancha contra Estados Unidos; que se prepare el pueblo americano», amenazó el terrorista.
Pero su visión radical no es compartida por la mayoría de árabes y musulmanes. Obama se ha convertido en el nuevo «Mesías» que podría traer la paz a esta inestable región de Oriente Medio. Ése es, por lo menos, el mensaje que espera recibir hoy el mundo islámico del presidente estadounidense en El Cairo.
Obama se entrevistó con el rey Abdalá ben Abdulaziz de Arabia Saudí, líder clave para resolver el conflicto árabe-israelí y promotor del plan de paz de abril de 2002, que la Administración de Barack Obama tiene subrayado en rojo entre los asuntos pendientes de su agenda. La propuesta de Riad es la total normalización de las relaciones entre los países árabes e Israel, así como su retirada de todos los territorios ocupados, la creación de un Estado palestino y una solución «justa» al tema de los refugiados palestinos.
Tiempo para Netanyahu
Se espera que con esta visita el presidente de Estados Unidos presione a sus homólogos saudí y egipcio para que ejerzan su influencia sobre otros países de la región y traten de establecer relaciones diplomáticas con Israel. Mientras tanto, la Administración Obama le dará tiempo al Gobierno de Benjamin Netanyahu para que acepte la fórmula de «dos Estados» como única solución al conflicto con los palestinos.
El asunto más delicado que se trató ayer durante la reunión entre Obama y el rey Abdalá fue la nueva estrategia de EE UU de acercamiento a Irán. El reino saudí mira con recelo la voluntad de la Casa Blanca de abrir el diálogo con Teherán, que representa una amenaza para su liderazgo regional. La inquietud de los saudíes por las ambiciones nucleares de Irán podría forzar una alianza entre Tel Aviv y los países árabes moderados para contrarrestar el creciente poder de la república islámica en la zona. Otra de las cuestiones discutidas durante la conversación que mantuvieron los dos mandatarios fue la subida de los precios del petróleo.
Obama mostró su confianza en que la colaboración entre su país y Arabia Saudí «producirá resultados». En sus breves declaraciones a la Prensa, el presidente estadounidense dijo que «era muy importante venir a este lugar donde comenzó el Islam y buscar el asesoramiento de Su Majestad y abordar con él muchos de los asuntos a los que nos enfrentamos en Oriente Medio».
Por su parte, el rey Abdalá resaltó los lazos «históricos y estratégicos» entre Estados Unidos y Arabia Saudí, que se remontan, según recordó, al mandato de Franklin Roosevelt y al rey Abdulaziz, en los años treinta. El monarca también alabó a Obama, al que calificó de «un hombre distinguido que merece estar en esta posición».
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