Alicante
Ponce sigue haciendo grande su brillante historia en Alicante
Enrique Ponce, magistral, crece y sorprende todavía en cada corrida pese a su veteranía y su larga hoja de servicio. Ayer volvió a causar sensación y maravilló al público alicantino, sacando todo lo que tuvo su lote que, como toda la corrida, exhibió tanta nobleza como poca fuerza. El cénit de su actuación llegó con el cuarto, un astado que tuvo movilidad. A Ponce le fueron suficientes un par de muletazos para meterlo en el engaño, urdiendo luego un trasteo sin el más mínimo agobio y en el que exprimió a su oponente. También le dejó lucirse y, poco a poco, le fue haciendo mejorar hasta provocar el delirio de la gente, que pidió y consiguió el indulto de «Comendador», un toro colorado de 482 kilos, marcado con el número 134. Es el trigésimo octavo animal al que el de Chiva logra perdonar la vida.Muchos más problemas le ocasionó el viento que el primer toro que le correspondió, un astado sin fuerza con el que toreó a placer y dominó la situación de cabo a rabo.José María Manzanares, que quedó inédito con su inválido primero, salió a por todas con el quinto de la tarde, un toro con más chispa con el que fue de menos a más, en una faena a la que le faltó un punto de serenidad.Eugenio Pérez se estiró para veroniquear al tercero, codicioso en el último tercio y al que, sacó una faena de más adorno que contenido. Fue festejada por un público nada exigente que incluso pidió oreja.También salió muy arreado con el sexto tras los triunfos de sus compañeros aunque el de Juan Pedro no terminó de colaborar y se paró pronto. En parte porque su matador tampoco acabó de entenderlo.
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