La entrevista de Amilibia

Porteros: una noche en pruebas

Porteros: una noche en pruebas
Porteros: una noche en pruebaslarazon

Marco enseña su acreditación de portero, aunque prefiere no salir en la foto. Todavía hay cierta reticencia en el sector. Prudencia, sobre todo ayer, noche en que entraban en vigor las nuevas normas sobre «controladores de acceso». Los poco más de 1.500 porteros con acreditación que han salido de los exámenes se ocupan ya, teóricamente, de todos los locales de la región que requieren vigilancia en la puerta. Nadie en sus cabales rechaza «tener en las puertas a gente acreditada y sin antecedentes», pero esto choca con el hecho de que los porteros son obligatorios en cantidad de locales. Y que no hay suficientes. Ambiente tranquilo «Está todo tranquilo», comentaba a medianoche otro «controlador», «no creo que se pongan demasiado duros con esto, por lo menos hasta los próximos exámenes». Por si acaso, en el bolsillo lleva la identificación. «Lo veo positivo. En cuanto se cubran las plazas que hacen falta seremos un gremio bastante más limpio». Considera que los puestos necesarios serán cubiertos por gente nueva que vea en esta profesión una oportunidad una vez que las mafias, los irregulares, las personas con antecedentes y los policías en busca de sueldo extra tengan vedado el paso. Otros, en cambio, tienen la mosca detrás de la oreja. Como Juan, con un pub en pleno centro, que argumenta por el lado de la crisis. «Madrid está endeudado con obras y demás. Ahora hace falta dinero y te cobran por no reciclar o por rebuscar en la basura, ¿crees que van a dejar pasar la oportunidad de hacer caja con algo tan evidente?» «Los bares especiales y los bares con espectáculo, y son muchos, tienen la obligación de tener alguien en puerta -comenta Ramón, otro empleado-, yo hasta hace poco era jefe de sala y ahora aquí me tienes. He aprobado y mi portero de siempre no, y no nos podemos permitir lo que piden ahora, unos 150 euros por noche». Y es que lo «autorizados», claro, son ahora unos privilegiados que equiparan sus sueldos a los miembros de empresas de seguridad privada. «También es malo que te quedes sin gente de confianza. En sitios con cierta clase era clave la figura del portero de siempre que sabe quién es quién y como hay que tratar cada caso. Ahora todo se vuelve más difícil». Las inspecciones de bares las hará la Policía Local como hasta ahora, según los problemas que dé cada local y, en todo caso, con una visita a cada establecimiento al menos una vez al año. Ahora, además se comprobará quién vigila la entrada. A altas horas, también en Centro, Jon está en su puerta habitual. «Qué tal, sigues trabajando aquí en puerta?. «Ya ves». «¿Te has sacado el carnet?». «No, pero hasta que apruebe, y mientras no me digan nada, seguiré aquí».