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Preservativos

La Razón
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Desde el Ministerio de Sanidad se están tomando en serio lo de los preservativos; los han abaratado mucho e incluso piensan en regalarlos, pero yo me pregunto ¿alguien se ha planteado que no existen preservativos para el alma? Ahora que ando en contacto con adolescentes y empiezo a recordar vagamente cómo era la potencia de las emociones de esas edades, me doy cuenta de que a los chicos hay que informarlos y formarlos para que sepan que hay que evitar los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, que son muchas más que el sida¿ Pero también hay que apuntalarles el carácter, para que sepan cuándo tienen que utilizar esos preservativos o, lo que es lo mismo, cuándo deben tener relaciones sexuales. Los chicos deben decidir su momento por sí mismos y no por las circunstancias; y para saber escogerlo, es importante que tengan claros sus valores, que vayan desarrollando su capacidad de compromiso y que sean conscientes de la responsabilidad de todos sus actos. Yo sé bien que existe el sexo sin amor y que el amor no dura siempre toda la vida; pero enseñar a los adolescentes a que ese acto puede ser mucho más que físico y que hay que elegir bien la pareja, puede ayudarles a comprender que deben ser respetuosos con ella y no arrastrarla a enfermarse o embarazarse indeseadamente, e incluso a hacer que practiquen el sexo -siempre con preservativo, desde luego- cuando de verdad quieran. Porque aparte de esos males físicos, una relación sexual fuera de contexto o inadecuada, puede dejar en los chicos una enorme cicatriz en el alma¿Y para el alma, que se sepa, no hay preservativos.