Puerta grande de Ponce Ferrera y Perera con una gran corrida de Zalduendo

Si en la primera corrida de la feria se midió el corte de los trofeos, en la última hubo un bucle festivo desatado y hasta nueve orejas se cortaron a una muy buena corrida de Zalduendo. Un corridón de toros, por la calidad, que no por el tamaño, a pesar de que ahora Olivenza es plaza de segunda categoría y tanto para una cosa como para la otra debería contar. Pero hubo faenas de relieve y toros de mucha nota.Enrique Ponce apostó a las claras por el cuarto y dio con la tecla pronto. Respondió el animal y la faena tuvo contundencia, sobre todo en los albores. Lo sometió, lo pudo y entonces, sí, a torear. Perdió intensidad la larga labor hasta que la recobró por circulares, de los que tanto gustan al público. Ante el primero, que tenía las fuerzas justas, hizo gala de suavidad en el trazo para mantenerlo en pie. Perera sigue en estado de gracia y eso en marzo vale doble. Mostró su radiante superioridad en el tercero cuajando al toro hasta pasárselo tres o cuatro veces por donde quiso sin mover las zapatillas de la arena, y encandiló. El sexto tuvo más complicaciones, pero su solidez ante la res no tiene fisuras. A Ferrera le tocó el ejemplar más encastado, el segundo, que tenía un pitón izquierdo importante. Anduvo el torero de la tierra animoso, rápido y bullidor. Tiene su público y a él, sin duda, le complace. Más de lo mismo con el manejable quinto.

Toros Zalduendo, de buen juego. Lleno. Enrique Ponce, de grana y oro, estocada caída, aviso (oreja); aviso, estocada baja (dos orejas). Antonio Ferrera, de azul y oro, media (oreja); estocada (dos orejas). Miguel Ángel Perera, de fucsia y oro, pinchazo, estocada (dos orejas); estocada (oreja).