Barajas
Sainz: «El coche podía seguir»
MADRID- Vino solo en el vuelo de Argentina que llegó a las tres de la tarde a Barajas. Se adelantó gracias a las gestiones de un amigo, que le llevó en vuelo privado hasta Buenos Aires, y en Madrid fue recibido por el presidente de la Federación de Automovilismo, Carlos Gracia. Fuera le esperaban familiares y una nube de periodistas. Carlos Sainz se mostraba decepcionado al haber renunciado a la victoria en el Dakar por un fallo achacable a la organización. «Los errores en el ``roadbook¿¿ han sido constantes en los últimos días. Algo inexplicable en una carrera de este nivel. Yo iba delante y fui el primero que me caí en este peligrosísimo cortado que no estaba señalizado como tal. Y gracias a nuestras indicaciones no cayeron muchos más». «Estábamos llegando a un control de paso -explicó Carlos- en una zona fuera de pista, y a tres kilómetros se te ilumina la señal que emite la radio del control. Íbamos por una planicie ligeramente desviados a la derecha, como la mayoría de los participantes. Michel, mi copiloto, me cantó: ``a 250 metros, waypoint¿¿ y entonces surgió la grieta en medio de la planicie. No deberían haber puesto allí el control, sino antes del río seco para indicar a los pilotos el vado más adecuado, ya que el río era zigzagueante y en un sitio así te puedes matar. De hecho, varios coches se quedaron a punto de caer y obligué a la organización a colocar un coche para evitar otros accidentes». Para Carlos Sainz, la organización debería repasar más el libro de ruta, ya que hay trampas que en moto puedes ver, pero en un coche, donde viajas sujeto por el cinturón y con un largo capot por delante, son casi imposibles de detectar. De hecho, otros abandonos, como el de Alphand, fueron también por errores del libro. Pese al golpe y el vuelco, el Volkswagen podía continuar en carrera, pero los médicos no permitieron que su copiloto, con fractura de omóplato, continuara.
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