Salgado pide a EE UU su apoyo para que España acuda al G-20 en Nueva York

La polémica sobre si España participará o no en las cumbres futuras del G-20 vuelve a ser noticia, después de lograr asistir a las de Londres y Washington. El titular de Hacienda de Brasil fue el encargado este sábado de resucitar este manido debate. Primero, cerró a España las puertas de este selecto club. Para más tarde matizar sus propias palabras. Su declaración provocó la intervención inmediata de Miguel Ángel Moratinos, quien pidió una explicación a su homólogo brasileño. Además, la vicepresidenta segunda demandó el mismo sábado a Estados Unidos que respalde la presencia de nuestro país en la próxima cita de septiembre del G-20 en Nueva York. Elena Salgado realizó esa petición durante una conversación de unos 15 minutos con el secretario del Tesoro de EE UU, Tim Geithner. «Le comenté la importancia que tiene para España estar en ese foro», afirmó. Un día después de este breve encuentro, Salgado, que se encuentra en Washington por la reunión semestral del FMI y el Banco Mundial, dijo «estar» segura de que España acudirá a la cita. Para curarse en salud, nuestro país solicitará «formalmente» su ingreso en el G-20. No obstante, Salgado no precisó cuándo se realizará esta solicitud. Pese a la seguridad del Gobierno español sobre su presencia en el G-20, Geithner no prometió nada al respecto a la vicepresidenta. El secretario del Tesoro se limitó a escuchar sus argumentos para que España participe en estos eventos. «Me dijo que los comprendía y que los tendría en cuenta». Sin embargo, Salgado no fue invitada a la reunión ministerial del G-20 celebrada este viernes en Washington. Mientras, la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, dio ayer por sentado la asistencia de España a estas reuniones. Es más, garantizó que, para ello, cuenta con el apoyo del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. «El presidente Lula va a seguir apoyando la presencia de España» en estos encuentros. «No tenga duda, España estará», aseveró. Eso sí, hay países, como Brasil, que defienden la necesidad de «repensar» el funcionamiento y las reglas del organismo para evitar que en el futuro se acabe convirtiendo «en un G-30 o G-40», según el ministro de Hacienda de Brasil. La realidad es que el G-20 ha ganado en importancia con la actual crisis y se ha convertido en el foro de referencia para el resto de la comunidad internacional.