París

Secuestrados ocho directivos por los trabajadores de dos empresas en crisis

Ocho directivos de dos fábricas francesas, una de Michelin y otra de la papelera estadounidense SWM objeto de sendos planes de reestructuración con cientos de supresiones de empleos fueron secuestrados durante varias horas hasta la pasada noche por los trabajadores. Cuatro responsables de la fábrica del fabricante de neumáticos Michelin en la localidad de Blanzy (noreste) permanecieron durante más de seis horas hasta medianoche retenidos por unos 60 empleados, que reclamaban la anulación de sanciones contra algunos trabajadores, sobre fondo de un fuerte conflicto por el plan de reestructuración. El director de la planta, Gérard Brunel, así como otros tres directivos fueron encerrados en las oficinas hasta que el prefecto (delegado del Gobierno) consiguió que los obreros accedieran a liberarlos a cambio de la organización de una reunión de concertación esta mañana. La fábrica de Blanzy, que tiene una plantilla de 1.400 empleados, es una de las más afectadas por la supresión de 1.093 puestos en Michelin en Francia, ya que desaparecerán 477 de sus empleos. También ayer por la tarde, trabajadores de la papelería del grupo estadounidense SWM de Malaucène (sureste) secuestraron durante más de tres horas a cuatro dirigentes que habían acudido al ayuntamiento para participar en un comité de empresa de la fábrica, que va a cerrar en septiembre. Los asalariados finalmente obtuvieron algunos avances y, sobre todo, la reanudación de las negociaciones sobre las indemnizaciones por despido para las 211 personas que se quedarán en la calle con el fin de la actividad en esa papelería que existe desde 1545. "Los actos de chantaje no funcionarán", afirmó hoy en una entrevista a la cadena de televisión "France 2"la ministra de Economía, Christine Lagarde, que señaló que hay que primar "la negociación", en reacción a la multiplicación de acciones mediáticas espectaculares por empleados en conflictos sociales. Por otro lado, el ministro de Industria, Christian Estrosi, recibe hoy a una delegación de trabajadores de New Fabris, que la semana pasada habían amenazado con hacer saltar su fábrica de componentes para el automóvil si no reciben una indemnización de 30.000 euros cada uno tras el cierre de su planta. Estrosi había aceptado reunirse con los representantes sindicales de los 366 trabajadores de New Fabris a condición de que desmantelaran el dispositivo de bombonas de gas con el que decían poder destruir máquinas y material. Los que han participado en las protestas de esta compañía en liquidación judicial reclaman a los que eran los principales clientes de su fábrica, los grupos automovilísticos PSA Peugeot Citroen y Renault, que contribuyeran a las indemnizaciones que exigen a cambio de las piezas y la maquinaria que sigue habiendo en la fábrica. Un conflicto laboral que sí se ha resuelto es el de los trabajadores de una planta del grupo canadiense de telecomunicaciones Nortel en Yvelines, en las afueras de París, que también habían amenazado la semana pasada con volar sus instalaciones si no eran indemnizados por sus despidos. Los asalariados de Nortel, votaron ayer mayoritariamente (85%) en favor de un acuerdo de salida de crisis en virtud del cual la empresa y el Estado pondrán 19 millones de euros para abonar una prima a los 480 empleados afectados por la eliminación de sus puestos, de una plantilla total de 683.