Artistas
Shakespeare en clave Sorolla
M. A. - Madrid
Alegría, playas, luz, amor... hasta naranjas encontraron en las líneas de «Mucho ruido y pocas nueces» los integrantes de la compañía Teatro Defondo cuando leyeron atentamente la célebre comedia de Shakespeare. La siguiente conclusión llegó sola: debían vincular al bardo inglés al universo visual del pintor más mediterráneo, Joaquín Sorolla. «Vimos que el texto tenía mucho que ver con el Mediterráneo, estaba plagado de referencias al mar, a las naranjas... Y nos fuimos a alguien tan mediterráneo como es Sorolla, a una estética, con el vestuario y la luz, que recuerda poéticamente su obra», explica el actor y productor Pablo Huetos.
Obra impresionista
Así será la producción que puede verse en el Círculo de Bellas Artes, dirigida por Vanessa Martínez, con el director inglés Will Keen como asesor de verso (impartió un curso de una semana a la compañía) y con música de Rodrigo Guerrero, compositor e hijo de Jacinto Guerrero. La compañía, formada en 2002, ha definido sus señas de identidad por esta misma vía con piezas como «La duquesa de Malfi», «El maestro de danzar» y «Don Juan»; incluso con óperas como «Las bodas de Fígaro». Martínez explica que, «aunque empezamos con textos contemporáneos, nos identificamos con un tipo de teatro clásico al menos desde hace cuatro años, con una presencia importante, si no fundamental, de la música».
Y cuenta la directora que este «Mucho ruido...» es «un espectáculo muy colorista, impresionista, de trazos brillantes y tonos claros». Así, la escena se transforma en un muelle de madera, y suenan melodías compuestas para la obra por Guerrero, que beben de canciones históricas que nos llegan desde los tiempos de Shakespeare, y también de aquel XVI siciliano, ya que la comedia de enredos amorosos y cortesanos tiene lugar en Messina, donde Claudio y Hero tratarán de lograr que Benedicto y Beatriz se declaren su amor. Pero hay más novedades en esta apuesta rompedora. Defondo ha sustituido a Don Pedro, demiurgo de la acción, por Doña Constanza. «La idea era enfatizar lo que Shakespeare escribió, y él habló de la guerra de sexos», explica Huetos.
A vueltas con la Ley Sálica
«El noble aragonés Don Pedro, en la vida real, tuvo una hermana llamada Constanza. Vanessa hizo algunas averiguaciones y supimos que entre ellos se dio un conflicto por la sucesión. Aquel enfrentamiento fraticida toma protagonismo, y se aborda así el tema de la Ley Sálica», cuenta Huetos, aunque matiza que no han buscado «lecturas políticas»: «Tan sólo queríamos indagar en el lado humano del problema». El cambio da juego en la obra, ya que, recuerda el productor, «una mujer en el poder no estaba bien vista en una sociedad machista y militar, y los hombres que llegaban de la guerra debían adaptarse a una Messina gobernada por una mujer».
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