Silencio en Guadalupe

Hay viajes en los que el objetivo no es descubrir un paisaje impresionante o una playa espectacular. En ocasiones, el trayecto es interior, con poco equipaje, escaso dinero en el bolsillo y una amplia recompensa espiritual. Son muchos los monasterios que salpican nuestra geografía y que se presentan como el alojamiento ideal para aquellos que buscan un sobrio descanso. La propuesta es todo un experimento, pero bien merece la pena. El monasterio de Guadalupe (Cáceres), construido -según cuentan los escritos- en el lugar en el que se apareció la Virgen a un pastor, alberga en su claustro una hospedería de 47 estancias perfecta para descansar en familia desde 59 euros por persona, en habitación doble. Con la montaña de Montserrat como telón de fondo, la Abadía, que acoge a la patrona de los catalanes, se eleva en un promontorio que ofrece unas vistas de lujo. Alojarse en el monasterio es fácil, pues los 80 monjes benedictinos que lo regentan dedican su vida a la oración y a la acogida de peregrinos. Los adultos puede ocupar una habitación desde 90 euros por persona.