CC OO

Sindicalismo partidista

La Razón
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Poca confianza tienen en sí mismos ni en su poder de convocatoria los dirigentes del izquierdista Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza que se ven obligados a acudir a instrumentos poco estéticos, y también de dudosa legalidad, para evitar que su convocatoria de huelga para el día 28 sea un rotundo fracaso. Y es que, cuando no se tiene razón, es muy complicado obtener la adhesión de los sufridos ciudadanos, los mismos hacia los que estos sindicalistas no tienen miramiento alguno y les importa una higa los perjuicios que les causan. Y si no, juzguemos la situación. Para alcanzar el triunfo de la huelga, se han dedicado a repartir panfletos en las puertas de los colegios invitando a que el día 28 los alumnos no vayan al colegio. No parece lo más apropiado en estos momentos de crisis, cuando cada día se van al paro 7.000 personas, presionar con una huelga para satisfacer unas reivindicaciones, la mayoría de ellas injustificadas. Si tantas ganas tienen de mejorar la educación ¿por qué no se plantan ante el Palacio de la Moncloa a pedir el dinero para ese sector en función del millón de habitantes de más que tiene la Comunitat y que aún no ha reconocido el Gobierno de ZP. Mi amigo Rogelio sabe por qué hacen una cosa y no hacen la otra. Porque aquí gobierna el PP y allí el PSOE. Y claro, no es momento de acosar a los suyos. Así, cualquiera.