Terrorismo
Solos y desarmados
TA ha logrado asesinar a un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado y herir de máxima gravedad a otro casi un año después de que rompiera, de facto, el alto el fuego con el atentado en el estacionamiento de la T4 de Barajas; y cinco meses más tarde de que lo anunciara oficialmente. Ha vuelto a sembrar la tristeza y la desesperación en dos familias, orgullosas de la profesión elegida por sus hijos y satisfechas de que estuvieran dispuestos a dejar los mejores años de su vida para terminar con esa lacra que destruye la democracia y la convivencia entre los demócratas. Sin embargo, lo sucedido el sábado en la localidad costera de Capbreton no lo esperaba nadie. Ni las víctimas, ni sus superiores.
El destino en el sur de Francia estaba reservado a los mejores de las últimas promociones de guardias civiles, por lo que muchos compañeros de Raúl Centeno y Fernando Trapero se quedaron con las ganas de trabajar sobre el terreno. A priori, no era una plaza especialmente peligrosa, «porque los terroristas no atentan en Francia». Esta frase la han repetido muchas veces personas amenazadas por la banda que cruzaban la frontera para hacer compras, ir a la playa, al cine o a pasear por Hendaya, San Juan de Luz, Biarritz..., porque se sentían más seguras.
Desde el sábado se acabó el refugio para los amenazados, aunque con suerte, también el santuario para los etarras. No parece que Sarkozy esté por la labor de tolerar que la banda actúe en suelo galo y sí, en cambio, de ayudar a España a erradicar este cáncer. Para empezar, el embajador del Elíseo acudió a La Moncloa, por primera vez en la historia, para mostrar su apoyo al presidente del Gobierno y la ministra vasco-francesa de Interior compareció, en su región, junto a Rubalcaba.
Sólo los etarras son responsables de estos asesinatos en los que el Gobierno no tiene nada que ocultar. Por eso se entiende mal que Rubalcaba confundiera a la gente diciendo que se produjo un tiroteo. Me consta que muchos efectivos de la Guardia Civil se indignaron al escucharle, porque daba a entender que hubo un cruce de disparos en el que los terroristas se fueron de rositas y los agentes salieron seriamente perjudicados. La verdad es que estos guardias trabajan obligatoriamente desarmados, por lo que no se entiende la ambigüedad del ministro, a no ser que, con el pasado reciente del Gobierno, le resulte duro admitir que están asesinando guardias civiles. Parece claro que los etarras habían preparado el atentado, porque la chica esperaba fuera del bar, con el coche en marcha y porque en su interior aparecieron los 400 gramos de explosivos que habitualmente utilizan para explosionar el vehículo y hacer desaparecer las posibles huellas. Si tenían localizados a estos dos miembros del Grupo de Apoyo Operativo, pueden saber dónde encontrar a algunos más. El fin de estos disparos es, como siempre, el de aterrorizar a los compañeros de las víctimas para que abandonen el sur de Francia y dejen de vigilar a etarras y conseguir información que, después sirve para detenerlos o desbaratar acciones terroristas. Franceses y españoles tendrán que negociar la posibilidad de que, de ahora en adelante, estos guardias civiles puedan ir armados. En ese caso, los etarras se lo pensarán.
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