Suben o bajan

Lo que ocurre con los ministros es que nunca sabes si suben o bajan. Por ejemplo, De la Vega. Las encuestas dicen que sube, pero uno más bien pensaría que baja, sobre todo tras su intervención la noche de las elecciones. Igual que Rubalcaba. El del Interior casi siempre va en alza, pero aquella velada tampoco demostró su mejor momento de forma. Trinidad Jiménez empezó bien, pero ahora va cuesta abajo, sin saber qué hacer con una gripe A que se le ha ido de las manos. Blanco tuvo un estreno razonable y dialogante, aunque lo echó todo por tierra con su «memorable» intervención sobre la seguridad de Aznar.
Sí que estoy de acuerdo con los suspensos «underground». O sea, Sinde (peor imposible), Aído (con ganas de agradar pero sin posibilidad), Corredor (¿acaso existe esta ministra?) o Corbacho (desahuciado por el paro).
Hay otros que navegan en mares intermedios: igual se van arriba que acaban naufragando. Es el caso de Salgado, toda una incógnita, o de Chacón, antes bien y ahora sólo regular. Caamaño empezó con maneras, pero está muy estancado. Y a Chaves lo podríamos pasar directamente a la reserva, pues es imposible que mejore. Igual que Moratinos.
No entiendo por qué no se valora más a Gabilondo, que me parece un hombre serio, lo mismo que Espinosa y Garmendia, ambas de lo mejor del Gobierno.