Elecciones europeas
Tomás Gómez calla y Ferraz no otorga
- La dirección nacional, molesta con el líder del PSM que se niega a explicar la reforma ilegal de su sede
MADRID- No se refirió al tema ni tampoco quiso responder a las insistentes preguntas de los periodistas sobre las irregularidades cometidas en las obras de reforma de su nueva sede en el Palacio de la Prensa. A pesar de que ya hasta un informe del Ayuntamiento de Madrid le quita la razón, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, sigue negando que se hayan iniciado las reformas de la futura sede de su partido en plena Gran Vía sin licencia.Ayer el líder socialista realizó su primera aparición pública desde que este periódico destapase que había empezado a remodelar su futuro cuartel general antes de recibir el permiso de obra. Participaba en un acto sobre el aborto junto al cabeza de lista al Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar, y la secretaria de organización de los socialistas, Leire Pajín. Gómez acudió serio y sabeedor de que debía dar la cara aunque no lo hizo. Prefirió hacer declaraciones a la agencia Europa Press y anunciar que recurriría el acta que los técnicos municipales levantaron el pasado viernes tras comprobar «in situ» que se estaban realizando obras en un edificio protegido sin los permisos necesarios. Además insistió en que los trabajos no han comenzado y que lo harán el próximo martes pese a que el Ayuntamiento tiene previsto decretar el cierre cautelar de las obras el lunes. Parece que Gómez sigue enrocado en negar la evidencia y es que el líder de los socialistas está «tocado» dentro de su partido. Mientras en público ayer todo eran sonrisas y abrazos con sus compañeros de partido, en privado son muchos los que en Ferraz están incómodos con el que estaba llamado a ser el «Zapatero de Madrid». El episodio de la reforma de la sede no ha hecho más que constatar, según algunos socialistas, que Gómez «era un buen alcalde de Parla pero que esto le viene grande». Desde que fue elegido secretario general no ha sido capaz de unir a los socialistas, tradicionalmente divididos en familias, y algunas de sus decisiones, como no acudir al homenaje a las víctimas del 11-M, le han distanciado de la dirección nacional donde ya empieza a calar la idea de que se han vuelto a equivocar en Madrid.
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