Elecciones andaluzas
Transparencia
Ayer se produjeron los relevos en las distintas consejerías afectadas por la reciente remodelación de la etapa Griñán. Los consejeros salientes entregaron la cartera a sus sucesores en un procedimiento protocolario casi siempre agridulce. También esta vez lo fue ya que, al margen de las sensibilidades y las bajas pasiones políticas que se han solapado en la reciente crisis, salientes y entrantes supieron siempre que igual que habían sido nombrados en su día, podrían dejar el cargo cuando el que nombra consejeros lo decide. Punto pelota. De los diversos relevos, me quedo con los que se han producido en Educación y Obras Públicas. Mar Moreno ha tenido que sustituir a una buena amiga suya, Teresa Jiménez, a la que no escatimó elogios a la hora de su despedida. Cuentan que estaba peor la entrante que la saliente porque sabe Mar Moreno que la van a examinar con lupa dentro y fuera del Gobierno. En Obras Públicas, Rosa Aguilar, la «estrella» del nuevo gabinete, asumía públicamente el que pretende que sea uno de los grandes ejes de su gestión: la transparencia. ¿A qué tipo de transparencia se referirá la consejera? ¿Significa que de aquí para atrás no ha existido? ¿Supondrá esa transparencia el que desde su departamento se atiendan las inversiones de aquellos municipios que, con distinto color político, han sido aparcadas o relegadas precisamente por eso?
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