China
Un cesto de mimbre para Shanghái
Un cesto de mimbre de 7.000 metros cuadrados y 18 millones de euros es la carta de presentación de España para la próxima Exposición Universal, la que se celebrará en Shanghái en 2010. La arquitecta italiana Benedetta Tagliabue está detrás de un sorprendente proyecto cuyas obras arrancaron en marzo y del que ya es posible hacerse una idea gracias a las maquetas. Se trata de un recinto enorme (sólo igualado en tamaño por los de Francia, Italia, Alemania e Inglaterra) montado sobre una sinuosa estructura de tubos de acero, aislada con vidrio y recubierta enteramente de mimbre. Cuando la feria abra sus puertas, el «cesto» se desplegará para promocionar la cultura, la empresa, el diseño y la gastronomía españolas en el mercado más prometedor del mundo: el chino. Una de las atracciones que ofrecerá el pabellón será un bar de tapas donde se degustarán algunas de las mejores especialidades culinarias españolas. Shanghái ha querido dedicar la primera exposición universal que pisa suelo chino a la habitabilidad de las ciudades y la calidad de vida, una de las grandes asignaturas pendientes del gigante asiático. Punto de encuentro «Progresar e inventar nuevas ciudades es algo irremediable, pero estaría muy bien hacerlo sin olvidar nuestras habilidades y tradiciones. La idea del pabellón español es que hay que salir adelante partiendo de las habilidades arraigadas en nuestra tradición. Así, el cesto de mimbre es algo común a casi todas las civilizaciones, pero muy destacado en la española y la china. Se trata por eso de un punto de encuentro entre ambas culturas», comentó Tagliabue. El planteamiento cobra un significado especial en China, un país que está sacrificando su pasado y sus tradiciones para acelerar su desarrollo. La propuesta de Tagliabue afronta también algunos de los desafíos arquitectónicos de nuestros días: materiales renovables ante la crisis y la escasez de materias primas, espacios abiertos y estructuras imposibles que hoy son realidad gracias a las nuevas tecnologías y los avances informáticos. Complejidad geométrica «La arquitectura del futuro, que es un poco la del presente, juega mucho entre diseños exteriores e interiores. El pabellón tiene una complejidad geométrica enorme, gracias a los medios de dibujo a nuestro alcance». La arquitecta defiende el material utilizado, el mimbre, como una apuesta «ecológica y natural» que ya se está utilizando en otros países como Alemania, aunque admite que «hay que experimentarlo a gran escala porque aunque se ha utilizado toda la vida en labores artesanales, en arquitectura es experimental». Precisamente por esta vertiente llegaron algunas de las críticas que recibió el pabellón durante su presentación, ya que la cubierta con paneles de mimbre necesita un mantenimiento costoso. Esto podría provocar la descalificación de España en el proceso de selección que hará Shanghái al final de la Expo y donde se decidirá qué edificios sobrevivirán a la feria y se convertirán en parte de la fisionomía de la capital económica de China.
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