Consejo de Ministros
Un reto para Caamaño
El nuevo ministro de Justicia, Francisco Caamaño, me parece en principio una persona preparada y con criterio, adecuada para gestionar los problemas de la Justicia en España. Que no son pocos. Los datos ahora conocidos sobre la situación de los tribunales en 2008 no dejan lugar a dudas. Las cosas van de mal en peor. Los juzgados de primera instancia están hoy más atascados que ayer. Los magistrados no dan abasto ante tanto caso amontonado en las oficinas judiciales. En estos años pesados de gestión abermejada no se arregló nada. Antes al contrario. Se empeoró considerablemente una situación que era ya de por sí explosiva. Hay medio millón de sentencias penales pendientes. Los funcionarios están sobresaturados, la administración burocratizada, y el sistema informático, descoordinado y vetusto.En este escenario se impone la intervención de alguien capaz de trabajar mucho por los demás, haciendo grandes sacrificios personales. Bermejo no servía para una labor que claramente le superaba. Carecía de talante y también de mano izquierda. Cuestión nada menor, por supuesto más que relevante.Caamaño tiene la obligación, primero, de tranquilizar a unos jueces y funcionarios maltratados durante meses. E inmediatamente, intentar desatacar una Administración a la que los ciudadanos exigen modernidad y eficacia.El próximo año, cuando se haga balance de 2009, ya tendremos una idea clara de la capacidad del nuevo ministro para embridar los retos que hoy le plantea la Justicia.
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