Una auditoría para el colegio

La Junta Directiva del Colegio de Médicos de Madrid, con Juliana Fariña a la cabeza, tiene muy fácil demostrar que la ética y la transparencia han regido su actividad y la de la corporación durante los últimos ocho años, desmontando así las dudas que han difuminado al respecto estas semanas empleados, ex empleados y varias personalidades sanitarias. Fariña y sus vocales pueden, por ejemplo, hacer realidad el acta de la reunión del día 12 de febrero, avalada por notario, aunque no firmada por la que aquel día era secretaria general, Cristina Martínez Núñez, y efectuar una declaración pública de los bienes de que disponen y de los que tenían antes de llegar a la institución. Con el fin de esclarecer las maledicencias que circulan, los miembros de la Junta pueden también encargar a una auditora que evalúe su labor al frente del Colegio, así como la actividad y el accionariado de las empresas que le facturan, tienen vínculos con el mismo u ofertan servicios a los colegiados, consignando los titulares o partícipes que figuran o han figurado en el Registro Mercantil. La lista es amplia: Esbratina, Medigest, Team Thirty, Afa Abogados, Qualitas Qualitatis, Amigos Médicos Madrid, C7, Clínica 3 de Mayo Centro Avanzado de Especialidades Quirúrgicas, Unipost o Centro de Investigación y Desarrollo de la Comunicación, entre otras. Haciéndolo, callarán más de una boca y pondrán fin a rumores, que, seguro, resultan infundados.