Cataluña

Una defensa del catalán

La Razón
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Suele ser habitual que algunos, especialmente por su obcecada mirada nacionalista, consideren a España/Castilla el enemigo a batir, el monstruo que quiere acabar con una manera de entender Cataluña. Los que hablan de una falta de sensibilidad castellana apuntan que nunca se ha defendido, por ejemplo, el uso del catalán en tiempos nada favorables. A veces las hemerotecas hacen daño y te permiten descubrir lo que se oculta con el paso de los años o por el peso de la ignorancia. Un bonito día de marzo de 1924, cuando la dictadura de Primo de Rivera navegaba a toda vela, un grupo de intelectuales dirigió una carta al presidente del directorio militar. Leída tantos años más tarde conmueven sus líneas valientes, al apuntar que «nos dirigimos respetuosamente a V. E. para expresarle nuestro sentir con ocasión de las medidas de gobierno que por razones políticas se han tomado acerca del uso de la lengua catalana». Los abajo firmantes creían que las disposiciones de la dictadura, prohibiendo el uso del catalán «pueden haber herido la sensibilidad del pueblo catalán, creando para lo futuro un abismo de rencores imposible de salvar». Entre las firmas se encontraban Menéndez Pidal, Ortega y Gasset, Marañón, Azorín, Pérez de Ayala, Canalejas, Lorca, Fernández Almagro o Azaña. Tanto tiempo más tarde a uno le espantan ciertos olvidos, y la omisión de esa carta debería enrojecer a más de uno.