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Vicky Martín Berrocal de Sevilla a Nueva York

Los modistos de peineta y mantilla que hablaban de ella con cierto desaire, ahora la miran de reojo porque marca tendencia en moda flamenca. A pocos días de la Feria de Abril, Hollywood quiere sus vestidos y ya recibe llamadas desde París.

Vicky Martín Berrocal de Sevilla a Nueva York
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No hay quien la pare. Ni tan siquiera el accidente de tráfico que sufrió el Martes Santo y por el que tuvo que ser operada de urgencia del húmero. No ha pasado ni una semana desde que salió del hospital, y con su brazo en cabestrillo controla cada uno de los movimientos en su taller de moda flamenca. No es para menos. La Feria de Abril está a la vuelta de la esquina y los días previos a las calesas y los rebujitos son para Vicky y su equipo jornadas largas de pruebas, pespuntes y dobladillos. -Lo primero, la salud. ¿Cómo se encuentra?-Me he llevado un susto muy grande, pero estoy recuperándome poco a poco. Cuando te pasan estas cosas, te das cuenta de lo que tienes. Y, gracias a Dios, yo tengo unos grandes amigos y una familia increíble. -Me ha contado una de sus clientas que este año, a pesar de la crisis, es complicado hacerse con un vestido suyo…-Tanto como complicado… Estoy liadísima, pero querer es poder. Para estar en época de crisis no me puedo quejar. Quizá, porque cuando se empezó a hablar de recesión, yo arriesgué. No por miedo dejé de comprar tejidos, o de hacer cosas que costaban algo más para no quedarme anclada.-¿Cómo se siente cuando ve sus trajes por la Feria?-Es una sensación increíble, porque, en definitiva, es algo que pares tú, es como cuando das a luz. Me impacta más cuando las clientas me llaman y me dicen que, por primera vez en su vida, las han parado para hacer fotos al vestido. -¿Cómo es esa mujer de Vicky Martín Berrocal que va a pasear por el Real?-Va a ir espectacular, porque se la cuida mucho. Yo concibo a la flamenca como una mujer muy femenina con un punto sexy y elegante. Un traje de flamenca no es un disfraz. No me gustan las flamencas cargadas de peinetas, collares, pulseras… Ni siquiera utilizo los mantones o el escote palabra de honor. Quiero innovar sin perder las formas, nuestras raíces. -Unas raíces que están muy presentes en «Vivir», su actual co-lección...-Dicen que es la mejor que he hecho. Ha sido difícil, porque aposté por incluir flecos y el color maquillaje, un tono complicado, aunque es tendencia. Lo han incluido Prada y Alberto Ferreti.-¿Es la moda una terapia en estos momentos difíciles?-En la vida, me muevo por el corazón y por la pasión. Cuando me llamó Boris Izaguirre para «Channel N.4» me dijo: «Corazón mío, no sé si va a haber el caché que te mereces». Le contesté: «Me da igual, me enloquece el proyecto». Si hago moda flamenca tan especial es porque soy una romántica, no me guío por el dinero. Tendría que ser más empresaria, porque tengo un equipo al que dar de comer. Pero me guío por el corazón.Cuando veo un tejido y me dicen el precio, contesto: «Vale, pero es el que quiero». Sé lo que me gusta y tengo claro lo que no. Valentino llegó a arruinarse con sus primeras colecciones. Es lo que me pasa a mí: sólo presto atención a lo que me apasiona.-¿Qué le diría a los que creían que esto era una ocurrencia pasajera?-Nadie me creyó. La gente pensaba que la moda para mí era un capricho. Pensaban que Vicky se levantó una mañana, decidió que quería hacer moda flamenca y que sería algo pasajero. Pero no. Vestiría de flamenca todos los días de mi vida. Además de sentirme guapa, me siento cómoda. -Además, se la reconoce por su trabajo...-Me están ocurriendo cosas increíbles sin buscarlas: un traje mío en el «Vogue» americano, me han pedido diseños desde París... Y eso que no tengo una agencia de comunicación que me lleve. Me muevo sola y voy despacito, porque quiero hacer las cosas bien. Amo lo que hago, pero soy consciente de que seguiré el tiempo que la gente quiera. Ahora me acaban de llamar para vestir a una actriz de Hollywood en Berlín para el estreno de una película. -Intuyo que no me va a decir el nombre…-No. Prefiero que se sepa cuando esté sobre la alfombra roja. Que un estilista americano se haya fijado en un traje mío me parece increíble. Son cosas que en moda se consiguen a largo plazo y yo sólo llevo cuatro años. Es una satisfacción enorme, porque en el taller somos muy poquitas personas y somos como una familia. Si voy consiguiendo poquito a poco mi sueño, es gracias a ellas. -Su padre era la única persona ajena a su equipo que dejaba entrar en el taller...-Así es. Me gusta sorprender y no puedo permitir que entre una amiga o mi madre y vean los vestidos en las perchas. Colgados lo veo yo, pero quiero que se vea tal cual se van a llevar. Ni siquiera mi hermana, la dejo fuera hasta el último minuto para que lo vea desde la primera fila y crear una emoción. Me da igual que guste más o menos, lo que quiero es que mi colección te provoque un sentimiento. Mi padre era el único que entraba, miraba… Le apasionaba ver a Laura Sánchez desfilar. Era su debilidad. Cuando salía Laura, mi padre enloquecía. Laura hace una labor conmigo increíble, es una de las mejores modelos de este país y una gran amiga.-Y musa.-Especialmente. No puedo entender la presentación de mis colecciones sin Laura, sea en Sevilla o en Nueva York…-¿Nueva York? ¿Va dar el salto a la Gran Manzana?-Ahí estoy. Hay un proyecto, todavía no puedo confirmar nada, pero hay algo por ahí rondando, con mucha calma.-¿Tampoco ha dejado pasar al taller a alguno de sus novios?-La moda es una apuesta personal mía. El único que podía decir algo era mi padre. Además, en este momento de mi vida estoy tan volcada en esto que todo lo demás me sobra un poco.-No me extraña, con el tiempo que se deja en el taller...-Al taller voy las nueve horas que está mi hija en el colegio. El resto del tiempo lo paso con ella: vamos a hípica, a natación… Mi hija y mi trabajo son mi vida.-Pensaba definirla como una mujer todoterreno, pero veo que le puede la pasión…-Boris dice: «Vicky es capaz de hablarte con la misma pasión de un par de zapatos que de un hombre». Soy todo pasión y así llevo mi vida.-Y con esa pasión es madre…-Eso antes que diseñadora, que colaboradora… Tengo la mejor hija del mundo. -¿La viste de flamenca?-La visto, pero no en feria. En feria siempre está con su padre y Manuel no es de ir a la Feria, porque torea. Normalmente, la llevo al Rocío porque es lo que le gusta de verdad. Adapto vestidos de mi colección o me invento algo a partir de un tejido, porque mis trajes no son para niñas. Es tan guapa que se puede poner lo que sea.