Crítica de cine
«West Side Story» Otro salto a la escena
DÓNDE: Escenario Puerta del Ángel. Madrid.CUÁNDO: del 25 de junio al 5 de julio. CUÁNTO: 20-40 euros. Tel. 902.876.870.
«Cuando eres un Jet / eres un jet hasta el final / desde el primer cigarrillo / hasta el último aliento al morir». ¿Lo recuerdan? Algo así cantaban, en inglés, Riff, Rice, Action, Tiger, Bigmouth, Baby-John y el resto de la pandilla más callejera del Bronx. Eran chicos americanos echados a perder y sin futuro, pero de pura cepa. Enfrente estaban los Sharks, puertorriqueños, inmigrantes, con Bernardo a la cabeza, ni mejores ni peores, pero algo más oscuros. Y en medio, dos almas gemelas condenadas por el odio de sus clanes: Tony y María. Era, en el fondo, la historia de «Romeo y Julieta» remozada. De hecho, cuando el compositor Leonard Bernstein y el autor Jerome Robbins crearon la historia de «West Side Story» con ayuda de Arthur Laurents, la primera idea fue actualizar el clásico de Shakespeare. Iba a ser con judíos y gentiles, y a titularse «East Side Story», pero unos oportunos alborotos raciales en Nueva York cambiaron las cosas, por fortuna para todos, ya que el resultado fue un éxito que sigue más vivo que nunca. Inicialmente se estrenó en las tablas de Broadway. Era 1957. La buena acogida llevó en 1961 a Robert Wise a convertir aquel montaje en un filme inolvidable. Con los años se hicieron mil y una versiones del musical. Quizá por eso, Jerome Robbins decidió rescatar el montaje original, para que una nueva generación pudiera verlo. Y ése es precisamente el que ahora llega a Madrid, al nuevo escenario de Puerta del Ángel (en la Casa de Campo), como primer plato de Los Veranos de la Villa.Sin cambiosJoey McKneely, el director artístico de este neuvo montaje, explicó a LA RAZÓN que «mantiene las coreografías originales, y por supuesto la música, la partitura, el libreto... Lo único que hemos actualizado han sido el vestuario y los decorados». Y añade McKneeley: «Es una producción ambientada en 1959, así que traté de abrirle un nuevo mundo hoy en día». ¿Que por qué lo han mantenido tan fiel al original? El director lo tiene claro: «Lo único que necesitaba era un soplo de energía fresca, no había mucho más que cambiar. El material original es tan intenso, tan poderoso, que sólo necesitaba una nueva dirección de actores y retocar la puesta en escena... Esa parte estaba un poco anticuada. Pero la coreografía es tan única como la música de Bernstein. ¡Y cuando se hace bien es increíble!»Lo cierto es que la idea original de Bernstein y Robbins fue llevar a su momento, los años 50, la historia de Capuletos y Montescos, pero medio siglo después podría parecer que mantener ese mismo esquema, en vez de ambientarlo en el siglo XXI, no respeta ese espíritu. McKneely tiene respuesta para eso: «La trama y su naturaleza dramática son aún muy relevantes hoy en día. Incluso en París, en Inglaterra, sufren el crimen juvenil, se trata de un asunto muy vigente en nuestra sociedad. Por eso no era necesario actualizarlo, porque ya es de por sí una gran verdad. Incluso en Oriente Medio, en cualquier punto del mundo en el que hay problemas entre los jóvenes, choques, o estamos asustados los unos de los otros». Y añade: «Si le quitas el estilo de los peinados, el tipo de ropas, si te ciñes a las emociones de "West Side Story", da la sensación de algo fresco, algo de ahora». Y sentencia: «Creo que soy muy fiel a las intenciones, emocionalmente hablando, de los autores originales».En esta versión, Chad Gillius y Ali Ewolt dan vida a Tony y María (sus «covers» son Scott Sussman y Kendall Kelly), Oneika Phillips será María, Michael Jablonski se mete en la piel del líder de los Jets, Riff, y Emmanuel de Jesús Silva en la del cabecilla de los hispanos Sharks, Bernardo.Mexicanos contra blancosAunque reconoce McKneely que los Riffs y Bernardos «podrían ser hoy perfectamente los musulmanes en los suburbios de París , o en Inglaterra los hindúes contra los británicos. Y por supuesto, los israelíes contra los palestinos». ¿Y América, con el poder negro instalado en la Casa Blanca? «En Nueva York es muy fuerte la inmigración mexicana, y su choque con los blancos; ése es un asunto clave, igual que en California o en Texas, donde han emprendido una lucha contra la inmigración, en la que hay mucho de miedo, por el empleo y la economía».Lo que tiene claro es que la sombra del filme no es alargada, ya que, recuerda, «fue la película la que siguió a la obra de teatro y no al revés. Aunque es cierto que la historia es célebre gracias al cine, y eso es lo que la gente recuerda. Por eso he tratado de ofrecer una idea estilizada de eso, de tal forma que la obra sugiera la esencia de la cinta sin ser una copia de ella».A pesar del archiconocido final, McKneely asegura que «creo que, en el fondo, la obra transmite un mensaje de esperanza: en el ballet, y es algo que no está en el filme, aunque todos pensamos en la película, el montaje trata de esperanza y de trascender el pasado. Es casi obligado sacrificar a Tony y María para que la gente entienda qué se pierde cuando forzamos a esos amantes a ser separados».
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