Garona
Zapatero mantiene abierta la puerta a una subida de impuestos para atajar el déficit
Emplaza al debate de Presupuestos para concretar los cambios en la fiscalidad
Gobierno y oposición mostraron ayer su cara más amable cuando Zapatero llegó a la Cámara Baja, tras un frustrado despegue del avión que le trasladó de Togo a Madrid. El incidente obligó a modificar el orden del día del pleno, ya que el jefe del Ejecutivo no pudo llegar a la Carrera de San Jerónimo hasta las doce de la mañana. El presidente del PP no sólo no puso impedimento alguno a que se retrasara tres horas su pregunta a Zapatero, sino que cuando éste entró en el hemiciclo se acercó a su escaño, le estrechó la mano, y bromeó sobre la nube de mosquitos que provocó la avería en el Falcon. Hasta aquí duró la tregua, porque Mariano Rajoy «disparó» a bocajarro en el instante en que Bono le dio la palabra: «¿Va a subir impuestos como acordó a las 14 horas de ayer o no va a hacerlo como dijo a las 18 horas de ayer? ¿Va a hacer una reforma laboral como dijo a las 19 horas de un lunes tras pactar con CiU o no va a hacerlo como dijo a las 9 horas del día siguiente? ¿Va o no a controlar el déficit? ¿Va o no a pactar con IU la política económica? ¿Va a cerrar o no la central de Garoña». Ése fue su saludo, para concluir: «Con usted nada es previsible, y así es imposible generar confianza porque esto parece un circo que no tiene ninguna gracia». Lo dijo de otro modo: «Un Gobierno que da bandazos, que un día dice una cosa y otro día la contraria, sólo genera desconfianza e incertidumbre». El presidente escurrió el bulto, pero emplazó a Rajoy al debate de Presupuestos, en otoño, para hablar de futuras decisiones que permitan reconducir el déficit, tras conocer las posiciones de los distintos grupos de la Cámara. Blanco y en botella. Todo es posible en materia impositiva cuando el gasto no se frena y las arcas públicas están al límite. Zapatero no precisó más, ni siquiera si los cambios irán en el sentido de la enmienda del PSOE a la moción de IU, que preveía gravar las rentas más altas y dotar de progresividad a la deducción lineal de 400 euros y la ayuda de 2.500 por hijo. En todo caso, el jefe del Ejecutivo reiteró que su objetivo es recuperar el Pacto de Estabilidad, tal y como ha pedido la Comisión Europea, y situar el déficit en tasas más cercanas al 3% en el 2012, después del esfuerzo fiscal realizado para combatir la crisis. «Hablemos de las cosas que son claras», espetó el presidente al líder del PP: «El reto es mantener un equilibrio fiscal razonable para cumplir los objetivos», dijo.
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