Zapatero se queda solo con su nuevo Gobierno

El presidente Zapatero pidió comparecer ante el Pleno del Congreso para «vender» las bondades del nuevo Gobierno. Puesto que había consenso en que el anterior estaba catatónico, confiaba el presidente en que sus señorías le dieran sus parabienes. Sin embargo, el revolcón parlamentario no ha podido ser más unánime. Rajoy tachó la remodelación de «decorado de cine»; Duran Lleida, de «improvisado»; para la izquierda radical de IU, ERC y BNG, el resultado es mediocre y un fracaso; el peneuvista Ercoreca, por último, le afeó la conducta con una reprimenda: «Vaya ejemplo de austeridad que está dando en plena crisis». En resumen, nadie, salvo el PSOE, le ha valorado el esfuerzo de haber relevado a cinco ministros. Rajoy acertó a sintetizar en una frase irónica la opinión mayoritaria: «No he entendido nada de sus explicaciones y lo único claro es que César Antonio Molina ha sido cesado por culpa del G-20».